Más de mil rumanos, desalojados del asentamiento ilegal de Santa Marta

ABC, 09-11-2007

JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ

BADAJOZ. Las advertencias se han cumplido. Dos semanas después de que el subdelegado del Gobierno en Extremadura, Inocencio Ramos, anunciara su, desalojo los rumanos han hecho las maletas y se han marchado del campamento pacense de Santa Marta de los Barros. Desde el miércoles, más de mil inmigrantes comenzaron a abandonar pacífica y voluntariamente el lugar que hasta ahora ha sido su hogar. La fecha límite para que se marchen de «Las canteras» es el domingo 11 de noviembre, y apenas quedan en el asentamiento unas 400 personas, incluidos niños, que también preparan su viaje inminente.

Tras el éxodo, el panorama del lugar era diferente al de semanas. Lo que más llamaba la atención era el descenso en el número de chabolas. Fueron derribadas por sus propietarios. A la mayoría les prendieron fuego. Sólo quedaron las cenizas de las endebles tablas y de los plásticos que les han resguardado tras las jornadas en el campo. Con ellas ardía también la ropa. El equipaje es pesado y el espacio para viajar escaso. Por esto muchos prefieren desprenderse de algo que saben que conseguirán fácilmente allá donde vayan gracias a la caridad de otros.

Montañas de basura

El resto era guardado por la mujeres. A su alrededor, un paisaje aún más desolador que otras veces. Los niños seguían jugando con la basura: restos de comida, candelas, botes, papeles, muebles viejos, alambres y todo tipo de escombros forman montañas de toneladas de basura.

Tal y como se acordó, primero se les explicó la situación: que el lugar que ocupaban es una zona privada y que por lo tanto no podían estar allí. Tarea que ha recaído en un equipo de la Consejería de Igualdad y la mediadora social de la localidad, de nacionalidad rumana. De los primeros contactos que han mantenido han sido con los «líderes» y con aquellos que mejor manejan el idioma. Éstos a su vez se lo han trasladado a sus compatriotas.

Sólo algunos han sido los más rebeldes y han espetado palabras en su lengua no entendibles pero imaginables. Aún así el uso de la fuerza no ha sido necesario, y ni la Policía Local ni la Guardia Civil han tenido que intervenir.

El responsable de Inmigración del Ayuntamiento, Alfredo Aragüete, manifestó que los argumentos los entendieron perfectamente, y sin mediar palabra, comenzaron a recoger sus cosas.

Este desalojo del campamento más grande de Extremadura coincide con el fin de la recogida de la aceituna verde, y a falta de casi un mes para que comience la negra. Época que muchos aprovechan, según referencias de años atrás, para partir ante la escasa demanda de trabajo y otros aguantan hasta próximas las Navidades.

Por otra parte, los propietarios de estas tierras denunciaron el pasado lunes por la vía civil, por lo que el caso se ha resuelto por procedimiento sumarísimo, debido a su gravedad y a la importancia de una intervención eficaz.

Casi sin hacer ruido se fueron. Desde el miércoles, ha sido normal ver los coches cargados de colchones, mantas, utensilios de cocina, de baño y las pocas pertenencias que tuvieran. A esto se le suma toda la familia que viajan con el padre.

El número de hurtos aumenta en esta época un 200 por cien en la localidad pacense. La Policía Local trabaja a destajo, al igual que estos meses para velar por la seguridad de los vecinos que se sienten inseguros.

El problema de los niños también se muda de lugar, pero no se soluciona. Seguirán sin escolarizar y viajando con sus padres y hacer vida allá donde haya empleo. Ya desde pequeños comienzan a buscarse el pan.

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