Transilvania se instala en Madrid
ABC, 08-11-2007POR CARLOS HIDALGO
FOTO DE SAN BERNARDO
MADRID. La Comunidad de Madrid está viviendo un continuo auge de la presencia de rumanos en sus pueblos y ciudades. Tan sólo hay que echar un vistazo al último padrón que, por primera vez, dejaba en Madrid el siguiente titular: «Rumanía sustituye a Ecuador como principal comunidad inmigrante», publicaba ABC.
La incorporación, el pasado 1 de enero, de Rumanía a la Unión Europea – con el consiguiente libre tránsito de sus ciudadanos por los países que la componen – ya puso en alerta a la Policía española por lo que suponía de mayor facilidad de movimientos e instalación de grupos delictivos. El conflicto abierto ahora entre Rumanía e Italia no ha hecho más que aumentar la atención sobre este asunto. Así, la UDEV Central de la Comisaría General de Policía Judicial, encargada del combate contra el crimen organizado, permanece en continuo contacto con las policías rumana e italiana, así como de otros países europeos. Fruto de este intercambio, las fuentes consultadas creen que es muy difícil que en ese previsible flujo de rumanos se infiltren miembros de las peligrosas mafias de aquel país. Además, cada vez es más intensa la coolaboración entre las distintas policías europeas.
Las excelentes relaciones con la Policía rumana ya dejaron sus frutos el año pasado. Una muestra de ello y del intrincado comportamiento de las esas mafias lo desmuestran las operaciones «Braila» y «Armagedón». En la primera de ellas, el día de su culminación, llegaron a trabajar hasta 500 agentes. Los 300 detenidos obedecían las órdenes del cabecilla y cuatro de sus lugartenientes, que permanecían en prisión. En la «Armagedón», desarrollada como la anterior por la citada UDEV Central, se descabezó a una organización perfectamente estructurada, con retribuciones acordes a cada escalafón, y hubo hata 83 detenciones, tanto en ciudades españolas como en Rumanía. En cuanto a la tipología delictiva, gracias a un control absoluto de la tecnología y a la falta de los mínimos escrúpulos, ambas mafias «le daban» tanto a los atracos más violentos como a la clonación de tarjetas.
Del millón de rumanos que reside en Italia – según los datos más amplios – , la mitad no tiene la documentación en regla. Y no es un problema baladí. En la zona del Corredor del Henares, la comarca este de la Comunidad de Madrid, residen unos 50.000 rumanos, un tercio del total de la región. Buena parte procede de Alba Iulia, en Transilvania.
Hasta hace aproximadamente un lustro, no eran pocos los asentamientos chabolistas con gitanos rumanos que poblaban esa parte del territorio madrileño. Han ido desapareciendo, pero quedan algunos reductos, por ejemplo, en la ya famosa Cañada Real Galiana. Su presencia allí no es la más numerosa, pero sí que se hacen notar. Este verano, ese complicadísimo asentamiento, de 15 kilómetros y donde residen en viviendas ilegales la friolera de 40.000 personas, fue el escondite perfecto para dos secuestros de menores. Ambos, con el objetivo de casar a las víctimas con adultos.
La bolsa de marginalidad, que va a más, atañe al sector más desprotegido: los menores. La Policía tiene claro que buena parte de los niños que se dedican a robar, sobre todo al descuido, por las calles de la capital provienen de la Cañada Real. No es difícil encontrarse con alguno de ellos en los semáforos de céntricas avenidas o en bares y restaurantes. Muchos de ellos quedan impunes, al ser menores de 14 años.
Políticas de integración
Desde la Asociación Cultural de Ayuda e Integración al Pueblo Rumano, su presidente, Gheorghe Gainar, considera excesiva la amenaza de Italia de expulsar a sus compatriotas del país. «Si los países emprendieran verdaderas políticas de integración, no se llegaría a esos extremos», explica Gainar. La asociación opera desde Alcalá de Henares, la población del Corredor que, con sus 18.500 rumanos, cuenta con más personas de esa nacionalidad. Gainar, que se presentó para alcalde de Alcalá en las últimas elecciones, considera que el porcentaje que se dedica a delinquir es mínimo. Habla de la metamorfosis en el estilo de vida de estos inmigrantes, que han abandonado los asentamientos ilegales y se han establecido en la sociedad de manera natural, especialmente desempeñando labores en el sector de la construcción o montando sus propios negocios. «La mayoría de los rumanos viene aquí por criterios económicos. No creo que se produzcan más llegadas», augura.
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