18 días perdidos
El Día, , 08-11-2007Pedro Florido, integrante del dispositivo mauritano de Cruz Roja que ha atendido a los supervivientes del cayuco en el que murieron 50 inmigrantes africanos de frío y de sed, manifestó ayer que los ocupantes de esta embarcación llevaban 18 días a la deriva en alta mar.
El grancanario Pedro Florido, que forma parte del dispositivo de Cruz Roja en Nuadibú (Mauritania) que ha prestado los primeros auxilios a los supervivientes del cayuco en el que casi 50 personas murieron de frío y de sed, manifestó ayer a EL DÍA que los inmigrantes de este cayuco llevaban 18 días a la deriva y perdidos en alta mar.
Florido precisó que otros cuatro han muerto tras ser hospitalizados, debido a que ingresaron muy deteriorados, aquejados de deshidratación extrema y parálisis muscular. Con ellos ya son 350 las personas fallecidas en el Atlántico durante este año.
Este cayuco fue localizado, el pasado lunes, por un destacamento del Ejército de Tierra mauritano a escasos metros de la costa norte de Cabo Blanco, concretamente en La Güera (en la frontera entre el Sáhara Occidental y Mauritania) con 102 supervivientes a bordo, aunque dos de los inmigrantes fallecieron a las pocas horas, ya en tierra.
Tras el rescate, los testigos de la tragedia relataron que habían partido a mediados de octubre de Casamance (Senegal).
La inmensa mayoría de los inmigrantes eran senegaleses, aunque la gendarmería de Mauritania cree que entre las personas que llegaron con vida a tierra también puede haber ciudadanos de Guinea, Mali, Costa de Marfil y Gambia.
Seis o siete días después de zarpar, y tras superar el cabo D’Arguin, que marcaba la mitad de la travesía hacia Canarias, el único motor de la embarcación se averió en medio del océano y el cayuco quedó a la deriva, al parecer ya en aguas de soberanía marroquí. Sin agua dulce ni alimentos suficientes, bajo un terrible frío nocturno y un sol casi ecuatorial, los inmigrantes fueron sucumbiendo frente a las costas del Sahara Occidental.
Sus compañeros fueron arrojando por la borda los cadáveres de los fallecidos.
El mar llevó la barquilla hacia el sur, siempre cerca del litoral saharaui, hasta que el cayuco quedó al lado de Cabo Blanco.
El responsable de Cruz Roja manifestó que esas personas “están un poco aturdidas y hablan poco”.
La Cruz Roja les ha prestado ayuda humanitaria, mantas y teléfono para que pudieran comunicarse con sus familiares", tal y como apuntó Florido.
Pedro Florido manifestó que ya son más de 8.000 las personas atendidas por el dispositivo de Cruz Roja en Nuadibú durante este año. Asimismo, señaló que sólo en lo que llevamos de mes han sido 420 los inmigrantes que han necesitado los primeros auxilios a pie de playa, después de que sus embarcaciones fueran obligadas a regresar a tierra tras ser interceptadas en el mar.
Cruz Roja española en Mauritania ha presenciado más de una tragedia de características semejantes a la del pasado lunes, “y no nos pillan de sorpresa”, matizó el responsable de Cruz Roja.
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