Salieron de Senegal y perecieron de hambre, sed y frío frente a Mauritania tras 19 días extraviados – Tres de los supervivientes perdieron la vida cuando ya habían sido rescatados y llevados a tierra Un cayuco con 150 inmigrantes gambianos, malíes, senegaleses y guineanos salió hace 20 días de Diogue, al sur de Senegal, buscando, como tantos otros, alcanzar ese sueño prometedor que las mafias llaman Canarias. Pero el patrón de la embarcación murió repentinamente – por causas desconocidas – y les dejó sin rumbo, sin guía y sin esperanza.

Se quedaron a la deriva. Sin saber hacia dónde dirigirse. Uno de los ocupantes, un joven senegalés que conocía al patrón y tenía algunas nociones de navegación, tomó el mando de la embarcación y trató de llevarles como pudo hacia su destino. Pero se quedaron sin provisiones y fueron muriendo, uno a uno. De hambre, de sed y de frío. A medida que fallecían, los cadáveres eran lanzados por la borda. Los cuerpos de 49 de ellos se han perdido para siempre en alta mar.

Así lo han contado los supervivientes – 98 en total – . Las autoridades mauritanas confirmaron ayer la desaparición de estas personas.

Al parecer, la barcaza zozobró a la altura de Cabo Blanco, al norte de Nuadibú, frente a las costas de Mauritania. El Ejército de este país localizó a los inmigrantes frente a la localidad de La Agüera.

Los gendarmes mauritanos rescataron a los supervivientes, aunque tres de ellos no pudieron aguantar más y fallecieron a las pocas horas, ya en tierra, relató a EL MUNDO Pedro Florido, delegado de la Cruz Roja en Nuadibú.

Fuentes de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR) añadieron que uno de ellos murió de camino al hospital, y los otros dos cuando eran atendidos por los facultativos.

Al cierre de esta edición, siete permanecían hospitalizados con síntomas de hipotermia e inanición, según explicó Florido, que atiende a los que han sobrevivido a la tragedia en el centro de retención que esta ONG tiene abierto en el país africano, a la espera de ser repatriados a sus países de origen. El Atlántico se ha cobrado esta vez 52 vidas. Es la segunda tragedia en aguas subsaharianas en menos de 15 días. En aquella ocasión murieron 56 personas. En lo que va de año, más de 350 fallecidos en la travesía mortal que lleva a Canarias.