El Ministerio del Interior inició anoche un dispositivo para repatriar a 120 paquistaníes, a pesar del estado de excepción en el que se encuentra su país tras el autogolpe de Estado que dio el pasado sábado el general Pervez Musharraf.

La partida del grupo, que será escoltado por 90 funcionarios de diversas unidades de la Policía y funcionarios adscritos a la Unidad Central de Expulsiones y Repatriaciones (UCER), está prevista para las 9.00 horas de hoy.

Algunos de los paquistaníes son los últimos ocupantes del barco negrero Marine I que aún no habían sido repatriados y que permanecían recluidos en centros de internamiento de toda España.

La expulsión es fruto de un acuerdo suscrito «hace unos días» entre las autoridades españolas y las paquistaníes, según explicaron fuentes policiales, aunque existía un pacto previo «desde hace más tiempo». De hecho, el Gobierno aprovechó la visita de Estado que realizó Musharraf el pasado mes de abril para hablarle de este asunto.

La Unión Federal de Policía (UFP) denunció ayer estos hechos en un comunicado, al considerar que «no es el momento» más adecuado para proceder a la repatriación de estos inmigrantes «y poner a 150 policías españoles en dicho territorio».

«Se podía haber esperado un momento más propicio y con más seguridad para dicha expulsión. No entendemos cómo el Gobierno traslada a estas personas a un país que no garantiza los derechos fundamentales de sus habitantes», añade el comunicado.

El secretario general de este sindicato policial, Fernando Vázquez Romay, explicó, sin embargo, que le han dado garantías absolutas y que la repatriación se va a hacer de forma coordinada y «sin peligro de ningún tipo».