Detectan riesgo de pobreza en cuatro de cada diez familias de inmigrantes en Euskadi
El Consejo Económico y Social vasco reclama una mayor inserción laboral Considera indispensable que mejoren los complementos en las pensiones
Diario Vasco, , 06-11-2007VITORIA. DV. Cuatro de cada diez hogares encabezados por personas con origen en países ajenos a la Unión Europea están en situación de riesgo de pobreza en Euskadi, un fenómeno «nuevo» que apenas aparecía en las estadísticas hasta el año 2004 y que ahora se presenta de forma «rotunda». Así lo indica el último informe sobre pobreza y exclusión elaborado por el Consejo Económico y Social vasco, cuyo secretario general, Javier Muñecas, repasó ayer ante la comisión de Trabajo y Acción Social de la Cámara de Vitoria a petición del Grupo Socialista .
El estudio, que maneja los datos de 2004 recabados por el Gobierno Vasco, sitúa a los hogares de inmigrantes entre las tipologías familiares donde se aprecia una mayor tasa tanto de pobreza de mantenimiento – cuando los ingresos no son suficientes para cubrir las necesidades básicas o unas adecuadas condiciones de vida – como ‘de acumulación’, entendida como la situación estructural de ausencia de bienestar a medio plazo. Desde esta perspectiva, cuatro de cada diez hogares inmigrantes presentan una u otra forma de dificultades económicas. En las estadísticas del año 2000, el porcentaje era inapreciable, pero el cambio en este tiempo ha sido radical.
Los representantes del CES – un órgano consultivo integrado por la patronal, sindicatos, entidades de ahorro, cámaras de comercio y la Universidad, entre otros – , situaron a este colectivo en el foco de la pobreza y el riesgo de exclusión en Euskadi, un lugar que comparten con las familias monoparentales, los hogares de una sola persona y las mujeres desempleadas, los grupos sociales más frágiles en este sentido.
Reducir la desigualdad
Javier Muñecas trasladó de nuevo al Parlamento las recomendaciones efectuadas por el CES de cara a reducir las desigualdades. Entre ellas, enfatizó la necesidad de complementar las pensiones para que su cuantía alcance el Salario Mínimo Interprofesional; generalizar el diseño de itinerarios de inserción para los perceptores de Renta Básica y abrir un debate serio sobre cuál debe ser su cuantía.
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