DURANGO

El mapamundi de Durango

Una docena de jóvenes, procedentes de todos los rincones del planeta, da a conocer su opinión sobre la inmigración en un documental

El Correo, 02-11-2007

La cámara enfoca lugares emblemáticos de la villa. El arco de Santa Ana, el pórtico de Andra Mari, el gaztetxe y la plaza del mercado se suceden al ritmo de la canción ‘Euskal Herrian euskaraz’. De pronto el objetivo se detiene en las gentes que pululan por las calles de Durango: una pareja vestida a la usanza islámica comprando verdura, otra occidental paseando a su bebé de camino a Ezkurdi, una joven africana en el interior de una tienda. Gentes de distintas culturas van componiendo el paisaje humano de la villa, cada uno con sus quehaceres diarios y sus deseos de futuro.

Así empieza el documental ‘Kebab al pil pil’, que una docena de jóvenes estudiantes de Durango y procedentes de diversos puntos del planeta, presentaron el miércoles en el Kafe Antzokia. El vídeo va dando voz a jóvenes como Awa Clementine, que vino de Senegal y cuenta que está formándose en la ocupacional de Durango, o Tatiana Patiño, que llegó hace poco más de un año para unirse a su familia y está estudiando bachillerato.

Cómo hacer una película

Con los nervios a flor de piel por el numeroso público congregado, los adolescentes se esforzaron por explicar el trasfondo del trabajo realizado en marzo e impulsado por el Área de Inmigración del Ayuntamiento de Durango. «Me pongo a pensar qué pasaría si me tuviera que marchar a otro país y no sé qué haría», dice Ainhoa Gil. La joven entró en el proyecto a través del grupo de teatro del instituto porque era una oportunidad para aprender cómo se hace una película. «Lo hicimos todo en una semana, primero asistimos a un curso sobre la interculturalidad y después nos pusimos a planificar lo que íbamos a hacer. Nos dividimos en dos grupos y nos pusimos a grabar en seguida».

A Irina Eriz, la propuesta le llegó por boca de un profesor. Ella, que había participado en grupos de teatro en su Rusia natal, se encargó de las grabaciones que se hicieron en el entorno rural. Era un paisaje que a la joven no le resultaba desconocido por todos los veranos que ha pasado en Euskadi gracias a la labor de asociaciones como la elorriarra Kainabera y, que en su caso, desembocó en una adopción. «De todas maneras, no es lo mismo venir de vacaciones que vivir aquí permanentemente», aseguró Irina.

Fusión de recetas

Entre escenas sacadas de la vida cotidiana del Durango tradicional, los jóvenes inmigrantes cuentan en el documental qué es lo que esperan de su futuro y algunos sinsabores del presente: la distancia que a veces se abre con sus compañeros de clase, el choque cultural o la añoranza por lo que quedó atrás.

Delante o detrás de las cámaras, el trabajo conjunto ha dejado huella en los participantes que, meses después de la grabación, aún suelen quedar de vez en cuando para charlar de sus cosas. De esa labor Ainhoa Gil ha sacado además una conclusión: «Aunque a algunos no les guste habrá vascos negros. Ya son de aquí», afirmó convencida.

Tras la proyección, y al hilo del título de su documental, los jóvenes autores agasajaron al público que fue al estreno con un variado menú elaborado a partir de la fusión de recetas de los cinco continentes: crepes rellenos de perretxikos, grechca y smetana, papas rellenas de chorizo y jamón, thimpu – chu Los nombres de los platos no intimidaron a nadie. No quedaron ni las migas

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