| AFP – EFE

En California.

Mientras se controlan los incendios en el sur de California, surgen dramáticos testimonios de indocumentados que desafiaron las llamas al intentar cruzar la frontera desde México.

El número de muertos por las llamas se redujo ayer de catorce a siete tras descartarse siete decesos provocados por causas relacionadas a las evacuaciones.

Además de los cuatro cuerpos carbonizados hallados en la región de Tecate, un corredor montañoso que atraviesan los inmigrantes”,  otros once indocumentados fueron  hospitalizados por quemaduras y asfixia, y 250 fueron detenidos.

En esa región se desató el incendio denominado Harris, uno de los más devastadores, pero creyeron que las llamas no serían más peligrosas que caminar por el desierto o nadar para llegar a Estados Unidos.

De acuerdo con la organización Ángeles de la Frontera, cientos de inmigrantes  que viven en condiciones “inhumanas en uno de los condados más ricos de  California, no han recibido ayuda a consecuencia de los siniestros, pues no figuran, pero son 1.500 campesinos que sí trabajan todos los días en los campos de la gente que evacuó sus grandes casas”,  dijo Enrique  Morones, fundador del grupo.

En el estadio Qualcomm, convertido en refugio de San Diego, policías pedían credencial de California o matrícula  consular con foto y domicilio que “no tienen los campesinos  indocumentados”, agregó.