Un cayuco a la deriva deja 56 muertos y un superviviente

Los inmigrantes habrían salido de Nuadibú y estado 20 días a la deriva entre Mauritania y Canarias

La Vanguardia, JOSÉ BEJARANO - Sevilla, 26-10-2007

Los pescadores no siempre llegan a tiempo para salvar a los náufragos de pateras y cayucos. Al menos, no han llegado para salvar a 56 de los 57 ocupantes de una embarcación perdidos en el Atlántico entre Senegal y Canarias. Unos veinte días permanecieron a la deriva, según el relato del superviviente. La tripulación del Tiburón III asistió la tarde del miércoles la peor experiencia de su vida en el mar, el rescate de un único superviviente, a punto de morir, y siete cuerpos en descomposición en el interior del cayuco. José María Abreu, el patrón del pesquero con base en Vigo, calificó ayer de “dantesca” la escena hallada en el cayuco. Su trago es mucho peor que los recientemente vividos por los pescadores de Alicante. También es cierto que la inmensidad del Atlántico es una dificultad añadida para los que se aventuran por sus aguas.

El rescate, ocurrido a unas 400 millas de Canarias, llegó a tiempo para el único inmigrante que fue capaz de soportar una veintena de días a la deriva en mitad del océano con las provisiones de agua y alimentos agotadas. Cuando los tripulantes del Tiburón III avistaron el cayuco creyeron que estaba vacío, pero al acercarse comprobaron la dimensión del drama. El único superviviente estaba al límite de sus fuerzas y rodeado de cadáveres en descomposición que flotaban en el agua que anegaba la barca. El hombre, que apenas pesaba ya 40 kilos, estaba casi inconsciente, hizo ver que estaba con vida al levantar un brazo. Los marineros lograron sacarlo del cayuco, lo mismo que a los siete cuerpos sin vida, para socorrerlo en el pesquero hasta la llegada del buque hospital Esperanza delMar,que anoche se dirigía a Canarias y llegará a Las Palmas el sábado. El superviviente se encuentra en muy mal estado, aunque habría mejorado mucho después de recibir agua, alimentos y atención médica.

No obstante, el hombre tuvo fuerzas para dar algunos datos de la tragedia vivida. Habrían salido de la costa mauritana, cerca de Nuadibú y eran 57 hombres a bordo rumbo a Canarias. Hubiese sido una más de las muchas expediciones de cayucos, pero a ellos se les paró el motor y quedaron a la deriva. Empujados por las corrientes y los vientos habrían permanecido una veintena de días. En estos casos, lo normal es que ni ellos mismos supieran cuántos días llevaban en el mar. Conforme fueron muriendo de sed y hambre, sus compañeros arrojaron los cuerpos al mar, hasta que los vivos dejaron de tener fuerzas para ello.

Al conocer el relato del superviviente, el sentimiento de impotencia se adueñó de los cinco marineros del Tiburón III,un palangrero que llevaba dos meses pescando pez espada. Acabada atención del superviviente, ayer se mostraban profundamente afectados y decían que tardarán mucho en olvidar la escena. “Ésta es la experiencia más dura de nuestras vidas, no lo podremos olvidar”, dijo el patrón. José María Abreu agregó que están orgullosos de haber salvado una vida, pero "desgarrados porque otras 56 personas han muerto. Ayer llegó a Tenerife un cayuco con 116 inmigrantes y un grupo de 75 fue interceptado en Mauritania cuando emprendían viaje.

Antes de conocerse la tragedia, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que los inmigrantes llegados a Canarias y Andalucía ha pasado de 35.000 en el pasado 2006 a 13.000 en lo que llevamos de 2007.

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