El juez considera «deleznable» la paliza a la ecuatoriana pero deja libre al agresor
ABC, , 26-10-2007El titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), Eduardo Gómez, decretó anoche libertad provisional sin fianza para Sergi Xavier M. M., presunto autor de la agresión racista a una chica ecuatoriana de 16 años, según informaron fuentes judiciales.
No obstante, el juez impone como medidas cautelares la obligación de que el joven comparezca dos veces al día ante la Policía local de Santa Coloma de Cervelló, donde vive, y cada quince días en el juzgado. No podrá tampoco acercarse a menos de mil metros de la chica, ni comunicarse con ella.
Tampoco podrá viajar en la línea S – 8 de los Ferrocarriles de la Generalitat, donde se produjo la agresión, o acudir a otras localidades que no sean la suya propia o Sant Boi, no pena de endurecer las medidas o encarcelarlo.
El juez entiende que se trata de «un hecho deleznable y repugnante tanto desde el punto de vista legal como penal, pero ha sido puntual, es decir, no media una serie de agresiones continuadas en el tiempo». Según el magistrado, en este caso no concurren requisitos para dictar prisión como el riesgo de fuga o de reiteración de los ataques a la víctima.
La decisión judicial se conoció tras una larga jornada en Sant Boi, donde el juez debía tomar una decisión sobre el joven de 21 años por los insultos supuestamente racistas y los golpes que propinó a la menor en un tren que iba de Barcelona a Martorell.
Después de tomar declaración a la chica, a un joven que presenció la agresión y al propio imputado por los hechos, el magistrado se retiró durante más de tres horas a redactar el auto. El fiscal, que no había estado presente en la comparecencia judicial de Sergi Xavier M. M. el día 20, pidió ayer prisión para éste por un delito contra la integridad moral por trato vejatorio y degradante.
Las declaraciones tenían que tomarse hoy, pero el magistrado decidió adelantarlas un día por la polémica que generó la actuación judicial y fiscal tras hacerse público el vídeo de la agresión.
Las declaraciones comenzaron poco después de las once de la mañana y acabaron a media tarde. La primera fue la de la víctima, que comparecía por primera vez ante el juez y lo hizo durante más de hora y media, para someterse después al examen del médico forense. A continuación declaró el testigo de la agresión y, por último, el autor de ésta.
La chica, que por ser menor está especialmente protegida por ley, fue la única de los tres a quien se pudo ver entrando en los juzgados. Llegó acompañada de su madre; su abogado, Joan Córdoba, el cónsul de Ecuador en Barcelona, Freddy Arellano, y un guardaespaldas. Con unas grandes gafas negras, sus acompañantes le abrieron paso entre el numeroso grupo de periodistas, algunos, corresponsales en España de medios ecuatorianos.
El testigo de los hechos del tren y el propio Sergi Xavier M. M. accidieron al edificio judicial por el aparcamiento, el último en un coche policial camuflado que le había ido a buscar a su domicilio, aunque no en calidad de detenido.
En cuanto al joven que presenció los hechos del tren, el juez lo llamó a declarar como testigo después de que se presentara un rato antes, por propia iniciativa, en la comisaría de los Mossos en Esplugues de Llobregat con el fin de ofrecer su versión de los hechos.
Tras hacerse público el vídeo que recoge la agresión en el tren, donde aparece este universitario argentino de 24 años, el chico se siente intimidado. Asegura que hay vecinos de Olesa de Montserrat, donde reside, que le insultan y le recriminan que no defendiera a la menor ecuatoriana.
Ni el abogado de la víctima ni el de su agresor quisieron informar sobre las tres comparecencias. Sí trascendieron algunos aspectos de la personalidad de Sergi Xavier M. M., quien sufre un trastorno mental de carácter grave y ha recibido atención psiquiátrica durante casi diez años, según informó a Efe Alfons Icart.
Icart, director general de la Fundación Orienta, entidad que agrupa a los centros de salud mental infantil y juvenil y a los dos hospitales de día de Sant Boi, manifestó que este trastorno «tiene relación con la infancia tan traumática que ha padecido, al no tener madre, un padre alcohólico y criarse con una abuela con muchas limitaciones humanas».
Los trastornos se empezaron a hacer visibles de pequeño y fue la abuela del niño la que pidió una consulta médica por indicación de los equipos psicopedagógicos de su escuela. La atención comenzó en 1992 y se prolongó de manera discontinua hasta 2001, cuando se le dio el alta y se le derivó a un centro de salud mental juvenil de Sant Boi para hacer el seguimiento.
Icart afirmó que el joven estaba bastante bien y que se logró formar una personalidad que, «más o menos, puede funcionar, aunque con un frágil equilibrio» que se rompe sin contexto familiar y con drogas y alcohol. Cabe recordar que el acusado mantiene que no recuerda la agresión a la chica porque estaba muy borracho.
El experto declaró que el joven «ha cometido una falta, es responsable de sus actos y por ello debe haber un castigo, pero además tiene que haber un tratamiento contra el alcohol y contra la droga». Añadió que la agresión a la chica, no se sabe si se produce por racismo o porque «se está agrediendo a sí mismo, en un momento de confusión por alcohol y drogas», ya que cuando era pequeño se golpeaba en ocasiones.
El Parlament aprobó ayer una declaración en la que expresa su «rechazo y condena» a este «ataque racista», que dio a conocer en Sant Boi el cónsul de Ecuador. Poco antes de las tres de la tarde, un acompañante anunció a los periodistas que, en breve, Orellana saldría a la puerta de los juzgados para hacer una declaraciones. Mientras los informadores esperaban, se sacó a la menor agredida del juzgado, esta vez ya en coche y por el aparcamiento. Orellana apareció finalmente y leyó el texto del Parlament.
Por la tarde, 250 personas, la mayoría inmigrantes , se manifestaron en Barcelona para condenar la agresión.
(Puede haber caducado)