Cada vez se arriesgan con travesías más largas para evitar las patrulleras del sistema Frontex
La Voz de Galicia, , 26-10-2007Las nuevas rutas de la inmigración
La Guardia Civil y Salvamento Marítimo habían tenido varias noticias «indirectas» de cayucos que se habían internado en el Atlántico con cerca de un centenar de inmigrantes a bordo y de los que nunca más se supo. Familiares que aseguraban con pruebas que sus allegados se habían embarcado hacía semanas en un cayuco en un puerto de Senegal o Mauritania y que jamás había vuelto a comunicarse con ellos. Pero nunca hasta ayer se había recuperado una embarcación tras tantos días a la deriva y tan alejada de la costa.
Las nuevas rutas de la inmigración inauguradas hace tres años por las mafias para evitar el control en las aguas del estrecho de Gibraltar también han ocultado a la opinión pública las nuevas tragedias de la inmigración clandestina. Los cayucos (barcos de pesca tradicionales de Mauritania y, sobre todo, de Senegal) son embarcaciones mucho más estables y grandes (hasta diez metros de eslora) que las pateras marroquíes y pueden albergar hasta 150 inmigrantes hacinados.
Los cayucos – dotados de hasta dos motores fueraborda, cocina y GPS – se atreven a singladuras mucho más largas (de hasta diez días por el Atlántico) que las pateras (apenas un día en el Mediterráneo). En los últimos meses, además, para evitar a las patrulleras españolas, senegalesas y mauritanas, los patronos descartan el cabotaje y se internan varios cientos de millas en el océano.
Por ello, la Guardia Civil está convencida de que las mayores tragedias de los cayucos son las que no se han conocido porque estas embarcaciones se han quedado sin gasolina, se han perdido en el Atlántico tras un fallo del GPS o, simplemente, han pasado las islas del archipiélago canario.
Aumento del presupuesto
Ayer, el Parlamento Europeo aprobó elevar en 30 millones de euros, hasta 75 millones, el presupuesto para el 2008 de la agencia Frontex, encargada de las misiones de control de la inmigración ilegal en el Mediterráneo y en el Atlántico.
Los ministros de Justicia del Consejo de Europa mostraron ayer su pesar por esta tragedia como «expresión del drama que ordinariamente vivimos en las fronteras europeas». Manifestaron su convicción de que «sólo trabajando unidos pueden modificarse las situaciones de desigualdad, que están en el origen de esta pérdida de vidas humanas».
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