Mar de dudas
El Mundo, , 26-10-2007La nieta de una fundadora de Las Madres de la Plaza de Mayo desoye la orden de una juez de devolver a su hija a España aduciendo que la niña salió legalmente y que otro tribunal ha negado que haya secuestro MADRID. – ¿Alejandra se fue de casa con la cría sin avisar o Rafael las echó a las dos sin avisar? Detrás de esta pregunta hay una niña española de un año y medio viviendo en Argentina y dos padres a la gresca separados por Mar, agua de niña salada, la pequeña Mar con su cuento sin final.
A la lucha del español Rafael Comín por recuperar a su hija y de la argentina Alejandra de Vincenti por no perderla le acaba de salir otro grano que pica: un viaje de ida del padre con una orden judicial para traerse a la niña y un vuelo de vuelta tres días después con el asiento de al lado igual de vacío.
El cuento negro de Mar – empezado a narrar por EL MUNDO el pasado enero – arranca hace casi un año, cuando su madre viajó con ella desde Madrid hasta Buenos Aires sin el conocimiento del padre. Desde entonces, la ex pareja ha vivido un revoltijo de acciones judiciales, políticas y personales. Demandas mutuas, citaciones incumplidas, denuncias de secuestro, intervenciones de ambos gobiernos, charlas entre Alejandra y Rafael sin acuerdo posible…
Y bajo la sacudida de tres vidas patas arriba retumba una cuestión de sangre: Alejandra es nieta de una de las fundadoras de Las Madres de la Plaza de Mayo, aquellas mujeres que se anudaban un pañuelo a la cabeza para que a nadie se le escapara el recuerdo de los desaparecidos argentinos.
Lo último de esta historia de exilio infantil con democracia son los tres días estériles que Rafael pasó en Argentina hace ahora un mes. Se los cuenta ahora a este periódico, después de mandarle una carta con su desventura personal al mismísimo presidente Zapatero, cuyo equipo le lleva reenviadas dos contestaciones: «Entendemos su angustia (…) Hemos reiterado al Ministerio de Exteriores su inquietud por este asunto que le afecta tan dramáticamente (…) La Embajada Española en Buenos Aires seguirá pendiente del asunto».
Pero Rafael se fió más de algo que ocurrió en agosto. Ese mes, un poder judicial del Tribunal de Familia número 2 del Departamento de Lomas de Zamora, en Argentina, obligó a «restituir sin más trámite a la menor de edad Mar Azucena Comín de Vincenti a la autoridad central de España».
Para ello, la juez Liliana Alicia Vicente se basó en la Convención de La Haya de 1980 «sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores» y libró un «mandamiento de secuestro que deberá ser diligenciado junto con el padre de la niña, dirigido al domicilio donde presuntamente ésta se encuentra con su madre». O sea, facultó a Rafael para viajar a Argentina y traer consigo a su hija.
En su exhorto, la juez asegura que se limita a trasladar una orden del Ministerio de Exteriores argentino para restituir a la niña con su padre. El poder judicial cita la Convención de la Haya, para la cual la clave de todo es «la residencia habitual del menor» y el hecho de que el traslado o la retención «se considerarán ilícitos cuando se hayan producido con infracción a un derecho de custodia». Rafael, Alejandra y Mar vivían y habían comprado una casa en España, por lo que la Justicia argentina entiende que la niña residía en Madrid y no en Buenos Aires, donde lleva ya casi 11 meses con su madre.
Con ese documento por fuera y la esperanza por dentro, Rafael voló a Argentina el 16 de septiembre. Allí, en la sede del Tribunal de Familia de Lomas de Zamora, debía encontrarse al día siguiente con su ex pareja y con su hija.
Pero el día 17 amaneció a medias. «Cuando llegué, sólo estaban la madre de mi hija y su abogado. La niña no estaba. Me ofrecieron negociar, una palabra tremenda que no acepté. Les mostré el poder judicial, pero fue inútil».
Rafael cuenta que propuso a Alejandra pagarle un avión de regreso a España, vivir ella sola con la niña en la casa madrileña que ambos habían comprado y que él seguiría sosteniendo «y hasta pagarle el cambio de cerradura, si quería. Así podría ver a mi hija todas las tardes de mi vida».
Sin embargo, no hubo acuerdo. Rafael tenía billete de vuelta para el 19 de septiembre y pasó esos dos días poniendo denuncias y buscando a Mar. Visitó a sus suegros y a vecinas de Alejandra, pero Mar estuvo para él… desaparecida. Como sigue estándolo hoy.
Su abogado, José Antonio López, reconoce que «técnicamente» no se puede hablar de secuestro, pero asegura que la propia magistrada Liliana Alicia Vicente le ha confirmado telefónicamente que el juez de lo Civil que lleva el caso ha ordenado a la Interpol que localicen a Alejandra. «La madre de la niña se evadió de un requerimiento judicial. Desobedeció a una juez. Fue ella la que se fue con la niña, la que abandonó una vida que la pareja había diseñado en Madrid. Alejandra y Rafael decidieron que su hija naciera en España y se compraron una casa en Madrid con una hipoteca a 40 años. Su residencia es Madrid».
Los abogados del otro lado piensan al contrario. «Fue Rafael el que echó de casa a Alejandra con la niña. Ella se vio en la calle y, lógicamente, fue a buscar refugio con sus padres, que estaban en Argentina. La niña salió de España legalmente porque tiene pasaporte, y, de hecho, la denuncia por secuestro se ha archivado, aunque el padre ha recurrido ese sobreseimiento ante la Audiencia Provincial. La madre vive y trabaja en Argentina. La residencia de la niña está allí».
El ministro argentino del Interior recibió a Alejandra y a la histórica madre de mayo Hebe de Bonafini y apostó por su versión cuando aseguró que la pequeña tenía pasaporte en regla y había salido legalmente de España.
El bufete que defiende a Alejandra – que prefiere no ser citado – dice que ofrece a Rafael un régimen de visitas «más amplio de lo normal», con periodos vacacionales enteros «en Madrid y en Buenos Aires», pero con la residencia en Argentina. El bufete que defiende a Rafael dice que ofrece a Alejandra ver a su hija «cuando quiera», pero con la residencia en España.
A Rafael y a Alejandra la Justicia les está llegando sin fronteras. O con las fronteras al revés. Hasta ahora, los tribunales españoles han sido más favorables a Alejandra, la argentina. Y los tribunales argentinos han dictaminado a favor de Rafael, el español.
La siguiente página del cuento de Mar se pasará el 12 de diciembre. Ese día, el Juzgado número 22 de Madrid ha citado a Rafael y a Alejandra para decidir a quién otorga la custodia. Y, para no separarse de su madre, quizá ese día Mar tenga que cruzar el mar y pisar este lado de su cuento.
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