Mesa de redacción
Iba borracho, y punto
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 25-10-2007EL energúmeno que sobó, abofeteó y pateó a la chavala ecuatoriana en un tren de cercanías catalán despachó así el asunto: “Que no me acuerdo de nada, tío, que iba muy borracho y punto”. Se llama Sergi Xavier M.M., tiene 21 años y vive con su abuela, la pobre, que aún sigue creyendo que es un buen chico y que “cuando hay que reñirle, le riño”. El tal Sergi Xavier es un sinvergüenza con mucha mala leche, un punto filipino con antecedentes por conducta violenta, un chuleta de barrio que cuando le da el punto es capaz de liarse a coces con una inmigrante sin dejar de hablar por el móvil, como si aquella arremetida xenófoba fuera una actividad secundaria. El macarra Sergi Xavier iba borracho y punto. O sea, que no le vengan con este marrón porque la culpa la tienen las birras y la sociedad, la puta sociedad que le hizo así. Sergi Xavier, el racista iracundo y de mano ligera, como le dejaron libre, a lo mejor anda contando su aventura a la peña, cómo lo veis, y yo con mi trastorno mental transitorio. A la chavala ecuatoriana, manoseada y pateada simplemente por estar ahí, por existir, que no le vengan con que aquí no hay racismo. El fiscal ni siquiera asistió a las declaraciones, que no conocía los detalles, oye. Ah, y no nos olvidemos del resto de pasajeros del vagón, de esa tropa de cobardes, de caguetas, de insensibles, que presenciaron somanta mirando para otro lado, no vaya uno a meterse en líos. Ya les vale, ya, a los intolerantes, a los violentos, a los acojonados y a los impasibles administradores de justicia.
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