BARCELONA. Sergi Xavier M. M., de 21 años, ha sido detenido en Barcelona acusado de agredir a una menor de origen ecuatoriana en un tren de Ferrocarriles de la Generalitat. El joven, que se encuentra en libertad a la espera de que se celebre el juicio, justificó ayer su actuación afirmando que «estaba muy borracho» y que nunca había tenido un comportamiento similar, «ni racista ni nada».

Los hechos sucedieron el pasado día 7 en el trayecto de Plaza España a Martorell, poco antes de llegar a la estación Colonia Güell, donde el agresor se bajó. Según explicó la Guardia Civil, el chico «había llegado al vagón manteniendo una conversación telefónica», y en el momento en el que el tren llegaba a la citada estación, y sin dejar en ningún momento de hablar por el móvil, «se fijó en una joven que viajaba sola».

«Tras insultarle y gritarle al oído varias veces que se fuera a su país, el agresor comenzó a golpearla cada vez con más agresividad, hasta que el tren paró y se bajó mientras continuaba profiriendo insultos de contenido racista», señaló la misma fuente.

La difusión ayer de las imágenes captadas por las cámaras de seguridad del tren causaron gran indignación, especialmente porque los juzgados de Sant Boi, encargados del caso, dejaron al joven en libertad al no pedir la Fiscalía su encarcelamiento. Sergi Xavier, vecino de Santa Coloma de Cervelló y con antecedentes penales por robos, deberá comparecer ante el juzgado cada quince días.

El joven dijo ayer que «no sé lo que pasó, iba borracho y punto. Ni me acuerdo casi de lo que pasó. Cuando tú vas borracho, depende de cómo vayas, no sabes lo que haces». Sergi Xavier reconoció que «se me ha ido la olla pero mucho» y aprovechó la presencia de los medios para pedir perdón a la joven ecuatoriana, «porque no se merecía lo que le hice». La víctima, que está recibiendo tratamiento psicológico, no sale al parecer de su casa por miedo a sufrir posibles represalias.

Motín contra un revisor. Más de un centenar de pasajeros de un tren que cubría el trayecto Girona-Figueres se amotinaron ayer por la mañana por la actitud racista del revisor del convoy, que sólo pidió el billete a un pasajero negro. Ante los hechos, los viajeros empezaron a silbar y a apoyar al pasajero, Iván Ramos, pediatra de un Centro de Atención Primaria de Figueres, que se había negado a entregar el billete al revisor como protesta por el retraso que llevaban. AGENCIAS