La Fiscalía no pide prisión para el agresor racista

El joven alega que cuando pegó a la menor «iba borracho» y que no se «acuerda de nada»

La Razón, , 24-10-2007

Lluís Royo
BARCELONA- El juzgado de Sant Boi (Barcelona) imputa un delito de lesiones con la agravante de racismo a Sergi Xavier M.M., que agredió a una menor ecuatoriana en un tren de Ferrocarriles de la Generalitat y que ayer se justificó asegurando que estaba «muy borracho» y que «ni se acuerda de lo que pasó».
El joven, de 21 años, vecino de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) y con antecedentes penales por robos, quedó en libertad con cargos por orden del juez instructor acusado de haber agredido por motivos racistas a la chica, que está en tratamiento psicológico a raíz de los hechos, ocurridos el pasado 7 de octubre en un tren de Ferrocarrils de la Generalitat. El juez no tenía otra opción, ya que la parte acusadora no pidió ninguna otra medida, como la prisión provisional.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) reconoció que no asistió a la declaración del imputado pese a tener conocimiento del caso, porque desconocía los detalles de la agresión. Se intentó defender diciendo que que el juez de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Sant Boi no le informó de que se trataba de un caso grave o dramático y hasta el lunes no dispuso del vídeo y el atestado policial. Explicaron también que el fiscal de guardia estaba en un registro de narcotráfico.
Ante la gran alarma creada por esta agresión racista, la Fiscalía estudiará ahora el caso «con mucho detalle» y pedirá informes forenses sobre las secuelas psicológicas que pueda arrastrar la menor. En su caso, podría imputar algún otro delito al detenido contra la integridad moral, entre otros y, si lo cree necesario, solicitará la revisión de la situación del imputado, que ahora debe comparecer cada quince días ante los juzgados.
Sergi Xavier no tiene antecedentes penales por otras agresiones pero sí por robo con violencia. Por los cargos que se le imputan, le pueden caer hasta dos años de prisión. Al respecto, dijo ayer: «No sé lo que pasará, ya se verá», para afirmar después que afrontará «lo que sea, claro, qué remedio me queda».
El agresor aprovechó la presencia de los medios ante su domicilio para pedir perdón a la joven ecuatoriana «porque no se merecía lo que le hice, se me ha ido la olla pero mucho», además de afirmar: «Claro que me siento responsable, la culpa es mía». Añadió que nunca antes había tenido un comportamiento así y apuntó: «Yo racista no soy».
Su versión, no obstante, es totalmente contraria a la de la menor agredida que, en declaraciones a Antena 3, señaló que su agresor no estaba borracho. En el vídeo se ve claramente cómo pega una patada en la cabeza de la chica, le da un puñetazo en la cara y un pellizco en el pecho.
La brutal agresión ha indignado a todos. Los vecinos del barrio de la Colònia Güell con los que pudo hablar ayer este periódico describieron, en su mayoría, a un joven «problemático» y que siempre ha sido «muy conflictivo». Algunos, como Rosa, apuntaban a «problemas familiares» como origen del comportamiento indisciplinado e incluso «temerario» del joven, ya que desde pequeño «sufrió mucho en casa, y lo tuvo que criar su abuela». Otro testigo, Manuela, se dolía por lo que estaría pasando la mujer que educó y sacó adelante al chico, ya que esta, recalcó, es una «buena persona». Y a la vez, fue la única que dijo que el chico nunca había causado problemas «en el barrio», y que saludaba de forma «educada».
Pero la otra cara, la menos amable, de Sergi, la descubrió una chica también joven, María, de 21 años, que había ido a la escuela con él. Aseguró que era un joven con muchos problemas «ya de muy chico» y que incluso, en una ocasión, con 10 u 11 años, le había «sacado una navaja» y la había «amenazado en la puerta del colegio». Según María, además, en tercero de ESO le «expulsaron por mal comportamiento». Después ya sólo lo vio por el barrio, pero corría «el rumor de que había pasado por un reformatorio».
La ministra de Exteriores de Ecuador, María Fernanda Espinosa, «a petición del presidente Correa» se ocupará «personalmente» de las gestiones legales porque quieren que sea un «caso ejemplificador».
La agresión racista recibió ayer la condena unánime de asociaciones de inmigrantes, así como de entidades contra el racismo y la xenofobia.

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