La Unión Europea (UE) quiere atraer inmigrantes altamente cualificados para incrementar su crecimiento económico y compensar las consecuencias negativas del envejecimiento de la población europea. Para hacer más atractiva la UE para esos inmigrantes de alto nivel profesional, la Comisión Europea propuso ayer a los 27 estados una proyecto de directiva, que fija unos criterios comunes y procedimientos acelerados para obtener el permiso de residencia y de trabajo a través de la creación de una tarjeta azul, que imita la tarjeta verde norteamericana.
Como la inmigración legal continúa siendo competencia exclusiva nacional de los estados de la UE, el proyecto deja en manos de cada país el control total de qué tipo de inmigrantes y cuantos serán admitidos en su mercado laboral y limita la validez de la tarjeta azul a dos años renovables. Algunos países, como Austria se oponen al proyecto.

COMPETIR CON EEUU
El porcentaje de trabajadores extracomunitarios altamente cualificados se limita en la UE al 1,7% de la población empleada, mientras que se sitúa en el 3,2% en EEUU, el 5,3% en Suiza, el 7,3% en Canadá y el 9,9% en Australia. “La creación de la tarjeta azul quiere enviar una clara señal: los inmigrantes altamente cualificados son bienvenidos en la UE”, explicó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. La UE les necesita para multiplicar su crecimiento y competitividad, indicó.
“No es secreto que nuestra demografía trabaja contra la UE. En el futuro tendremos escasez de trabajadores y de cualificaciones, algo que ya pasa en algún sector”, advirtió Barroso. “Queremos que Europa sea tan atractiva para los inmigrantes como Australia, Canadá y EEUU”, añadió el comisario de Justicia y Seguridad, Franco Frattini.
Ante las reservas formuladas por los sindicatos, el proyecto establece que el sueldo mínimo de los inmigrantes acogidos a la tarjeta azul deberá ser por lo menos tres veces más alto que el salario mínimo nacional del país donde vaya a trabajar para evitar un dumpin social, aunque para los jóvenes profesionales se permite un salario inferior. El proyecto garantiza además la preferencia comunitaria, que da prioridad a un trabajador de la UE en una vacante laboral en un país comunitario. El proyecto también pretende evitar que se estimule una fuga de cerebros de los países en desarrollo, en especial de África, y limita el activo reclutamiento por parte de los estados miembros en los países que ya sufren este problema.

MISMOS DERECHOS
La Comisión Europea propuso asimismo a los Veintisiete otro proyecto para garantizar que todos los trabajadores inmigrantes legales en la UE disfrutan de los mismos derechos sociales y laborales que los ciudadanos nacionales de los países miembros.