Entierran a seis víctimas de naufragio

La Prensa Gráfica, ENVIADO OaxacaÓscar Martínez, 23-10-2007

Seis de los 14 cadáveres encontrados en las costas de Oaxaca fueron enterrados ayer en el municipio de Juchitán. Falta encontrar a seis más de los inmigrantes que naufragaron el pasado martes en el Pacífico mexicano, pero la búsqueda está suspendida.

Casi a la misma hora en que el domingo la marina mexicana encontraba a un salvadoreño vivo, con más de cuatro días flotando en el mar, la funeraria de un pueblo cercano se quejaba del olor de los 13 cadáveres de inmigrantes, y pedía que los enterraran sin falta al día siguiente. &8220;Se pudren&8221;, se quejó uno de los empleados.

El martes de la semana pasada naufragaron juntos el sobreviviente y los ya fallecidos. El sobreviviente es el tercer salvadoreño rescatado con vida. Miembros de la marina lo encontraron aproximadamente a las 7 de la noche. No dieron más detalles. Se llama Juan Pablo Cruz González, tiene 32 años, es de La Paz, y de momento no ordena bien sus ideas. &8220;Delira&8221;, explicó el cónsul salvadoreño en Tapachula, en Chiapas, Nelson Cuéllar.

Mientras tanto, el mismo domingo, los peritos de Juchitán, en Oaxaca, daban la razón a la funeraria. Según sus cálculos, los cadáveres encontrados estuvieron sumergidos en el mar desde el martes, el mismo día que la embarcación salió de Puerto Ocós, en Guatemala, con cerca de 24 inmigrantes rumbo a la costa de Oaxaca, de donde, según los sobrevivientes, tomarían autobús a la capital mexicana y así hasta la frontera con Estados Unidos. Pretendían bordear en una lancha la zona donde más asaltos sufren los inmigrantes y donde más detenciones efectúan cada mes los agentes de migración: Chiapas.

Cruz González es el tercer salvadoreño rescatado. El viernes, pescadores de San Francisco del Mar, costa de Oaxaca, encontraron flotando asida a una llanta a Noemí Martínez, de San Salvador. Walter Alexander Alas, de 23 años y nacido en San Rafael Obrajuelo, en La Paz, fue localizado ese viernes, horas después que Martínez.

Un helicóptero del Ejército mexicano, dedicado a la búsqueda que se efectúa en 100 kilómetros de costa, lo encontró cerca de la laguna que se forma en la playa conocida como Mar Muerto.

Ayer, cerca de las 6 de la tarde, se encontró el último cadáver. No se sabe si es hombre o mujer, estaba desnudo, y tendrá que ser enterrado hoy por su avanzado estado de descomposición.
Enterrados en México

Ayer, atendiendo la petición de la funeraria y de las autoridades de Protección Civil mexicanas, seis víctimas fueron enterradas en Juchitán, a hora y media en vehículo de donde ocurrió el naufragio. Fueron enterrados los que ya estaban por pudrirse.

En un predio baldío, a la par del cementerio, fueron llenándose uno a uno los huecos abiertos ayer. Unas breves palabras del párroco de Juchitán, otras del cónsul y del representante del gobierno de Oaxaca, José Vásquez, que se solidarizó &8220;con el presidente Antonio Saca y el canciller Francisco Laínez&8221;.

&8220;Era necesario hacerlo&8221;, explicó el cónsul salvadoreño. Cuéllar aseguró que es un &8220;entierro temporal&8221;. Antes de sepultarlos se hizo un expediente por cada cadáver: se les cortó cabello para pruebas de ADN y se documentaron sus señas particulares, desde cicatrices hasta aretes o pulseras que portaban.

La idea es que los cadáveres sean exhumados cuando se tenga plena certeza de quiénes son, y trasladados a El Salvador. Si es que eso se llega a saber. &8220;Los ataúdes y el entierro han sido colaboración del gobierno de Oaxaca&8221;, dijo Cuéllar.

Se tienen indicios claros de que cuatro de las víctimas recuperadas son salvadoreñas. Pescadores de la zona encontraron dos identificaciones (DUI) en la playa cercana al naufragio. Un documento corresponde a María Andrea Rivas López, de San Miguel. El otro es de Araceli Gámez, de 35 años, nacida en La Paz.

Los otros dos cadáveres reconocidos son de César Jandro y de Marcela Ordóñez, ambos de La Paz. Ninguno de estos fue enterrado ayer. Serán enterrados hoy o mañana.

Estas dos últimas víctimas fueron identificadas cuando Walter Alas, el salvadoreño rescatado el domingo, los reconoció, a pesar de que le mostraron fotos de los cadáveres ya en proceso de descomposición. &8220;Él (Jandro) es conocido, lo conozco desde niño, y venía en el barco&8221;, expresó un conmocionado Alas al ver la foto que el cónsul le mostró, explicaron testigos de la entrevista.

Alas, al revisar aquellas imágenes, ha asegurado que tres cadáveres más corresponden a un guatemalteco, una peruana y un hondureño. El resto, aseguró el náufrago, eran salvadoreños. Se calcula que falta encontrar otras seis víctimas. Alas era evaluado psicológicamente ayer por personal del Ejército; tiene quemaduras en el torso, debido a que cuando cayó de la lancha fue alcanzado por las emanaciones del motor.

La búsqueda fue suspendida ayer, y hoy no se organizan actividades. El encargado de Protección Civil, Jesús González, explicó que esto se debe al mal tiempo. En la costa oaxaqueña llueve debido a la cercanía de un frente frío. &8220;El problema &8212;agregó González&8212; es que pasadas más de 72 horas de naufragio, los cadáveres explotan si están en el agua, y se hunden, con lo que no sabemos si la búsqueda deba continuar después de estos días.&8221;

Las víctimas cayeron al mar hace más de 100 horas, y aún faltan seis por encontrar.

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