Paraguay abre casa en Bilbao

Los 1.500 paraguayos residentes en Vizcaya cuentan desde ayer con la asociación Angirû Apytepe, entre amigos en guaraní, como punto de encuentro

El Correo, ESTIBALIZ SANTAMARÍA, 22-10-2007

«Aquí vivimos en el paraíso y queremos devolver lo que esta sociedad nos ha dado». Es la declaración de intenciones de Juan Andrés Aquino, vicepresidente de Angirû Apytepe, la nueva agrupación de inmigrantes paraguayos que ayer abrió sus puertas en la calle Ávila de Bilbao. La comunidad paraguaya aún minoritaria en Vizcaya, pero en plena expansión busca en este proyecto «un punto de encuentro que nos permita ayudarnos entre nosotros, difundir nuestra cultura y aportar nuestro granito de arena a la sociedad que nos ha acogido», resumió Aquino.

Todo comenzó en un partido de fútbol entre varios amigos, una anodina tarde de domingo. «Cuando llegas aquí desde otro continente, a más de 10.000 kilómetros de distancia, te encuentras sólo y sin saber qué hacer», explicó. «Mi cuñado y yo empezamos a jugar al fútbol y así empezamos a conocer gente, y un día pensamos que debíamos buscar un modo de ayudarnos para hacer las cosas más sencillas». Cuentan ya con 212 socios, pero «creceremos rápidamente porque hace apenas tres años nos sentíamos como una seta abandonada en el campo, pero ahora somos más de 1.500 paraguayos en todo el Gran Bilbao», calculó Aquino.

Angirû Apytepe entre amigos en guaraní tiene varias secciones. Una ofrece clases gastronómicas y diversos cursos para capacitar a sus miembros para la vida laboral. Otro es el grupo deportivo, para ocupar los ratos de ocio y, en el plano legal, cuentan con la asesoría jurídica de dos abogados. «Pero somos el gran desconocido del colectivo de inmigrantes y, para poner solución a esto, nuestro gran reto es difundir nuestra cultura».

Tereré y mate

Dicho y hecho. Ayer mismo, durante la inauguración de su sede, llevaron al centro de Indautxu el tereré y el mate caliente bebidas típicas de Paraguay y, como muestra de su folklore, bailaron el ‘pájaro campana’ y ‘galopera’, una danza tradicional que consiste en moverse al ritmo de la música con una botella decorada sobre la cabeza. Después de cortar la cinta se trasladaron a Lamiako a continuar la fiesta.

Allí, suelen juntarse también con otras comunidades de inmigrantes, con los que comparten problemas, pero de los que les separa una diferencia fundamental. «Nosotros no nos quedamos por mucho tiempo. En tres o cuatro años, podemos ganar un dinero que allí tardaríamos 20 y volvemos porque el paraguayo es muy arraigado a su tierra y su gente», confesó Ede Elián Muñoz, presidenta de Angirû Apytepe.

Un pilar básico para la apertura de la sede en Bilbao ha sido Maeso, un bilbaíno que desde hace seis años se ha implicado de lleno en ayudar al colectivo inmigrante. Ayer, explicaba satisfecho que «ahora contarán con una bolsa de trabajo, abogados, un banco colaborador, asistentes sociales..,». Él conoce de primera mano a qué problemas se enfrentan y aseguró que «necesitan muchas cosas». «Pero, sobre todo, alguien a quien acudir. Son muchos y no hay nadie que les atienda», lamentó.

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