El velo, un debate pendiente

El Periodico, GEMMA Lienas, 22-10-2007

Leo en el diario el caso de Shaima, la niña musulmana de 8 años que estuvo dos semanas sin ir a la escuela porque el reglamento de régimen interno del centro no permitía que fuera con el hiyab. Ya que estar escolarizado es un derecho fundamental de la infancia, la Conselleria de Educació conminó a la escuela a admitir a Shaima con pañuelo incluido.
La conselleria tiene razón: Shaima debe ir a la escuela. Lo que no entiendo es por qué en lugar de forzar al centro a aceptarla con velo, no obligó a los padres a llevarla sin, apelando al mismo principio. Hubiera sido más pedagógico para la familia y para otros saber que, según las reglas de nuestro país, tienen el deber de escolarizar a las criaturas. Y este deber democrático, y más en un estado no confesional como el nuestro, está por encima del uso de cualquier símbolo religioso. Porque esto es lo que argumentan algunas personas: que el pañuelo es un símbolo de la fe islámica. Pero, puesto que el Corán no impone su uso explícitamente, es fácil entender que no es un símbolo religioso, sino cultural.
Según aclara Djavann, autora iraniana de Abajo el velo, el significado del hiyab es marcar visiblemente la sumisión femenina. O sea que se trata de una costumbre que no respeta otro principio democrático: la igualdad entre mujeres y hombres; un principio tan importante como la escolarización.
Muchos años de lucha para que unas y otras tengan la misma dignidad y haber llegado a un cierto estadio, aunque no sea óptimo, parecen suficientes para aconsejar una tolerancia cero hacia costumbres – – vengan de donde vengan, sean foráneas o de nuestra propia casa – – que atenten contra los derechos de las mujeres. Y es que la situación no admite posturas intermedias porque, sino, la dificultad residirá en determinar el lugar donde ponemos el listón: ¿el hiyab&63; ¿La ausencia a las clases de gimnasia&63; ¿El burka&63; ¿La ablación&63;
Yo lo tengo claro: continuaré defendiendo el derecho a la igualdad de las niñas de otras culturas como habría querido que alguien me protegiera de los excesos de la familia patriarcal durante la dictadura franquista.

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