"La tribu es el partido político del africano"
El Periodico, , 20-10-2007De su experiencia como corresponsal ha engarzado Crónica de un viaje al sur del Sáhara (Catarata), donde arroja luz sobre el desconocido continente africano.:
– – ¿Qué le cautivó de África&63;
– – El contraste brutal entre el drama y la belleza, que en África coinciden en el espacio y en el tiempo.
– – Al finalizar la guerra fría, África pierde su valor estratégico. ¿Cuál es el valor de África hoy&63;
– – Aprovisionar de materias primas. África es un gran almacén de recursos naturales, de hidrocarburos y de lo que se conoce como minerales del futuro. La tantalita, por ejemplo. Lo que pasa es que los estados occidentales ya no defienden sus intereses directamente, sino que lo hacen a través de oenegés y multinacionales.
– – Describe la actividad empresarial occidental en África como “hacer negocio y salir corriendo”.
– – Hasta ahora es lo que se ha hecho. En África hay un saqueo sistemático de las materias primas.
– – ¿Por qué se refiere a ese continente como “planeta África”&63;
– – Porque el resto del mundo ha soltado amarras con él. La distancia es tan grande que parece otro planeta.
– – ¿Es China la nueva metrópoli&63;
– – Sí. Es la potencia que está apostando más fuerte por África, para garantizarse hidrocarburos y para buscar mercados a sus productos.
– – En su libro, las oenegés no salen muy bien paradas. ¿Por qué&63;
– – En las oenegés hay gente admirable. Pero, aunque no tengan ánimo de lucro, defienden unos intereses. Detrás de toda oenegé hay o un Estado o un partido político o un banco o una Iglesia o una secta. Son un poder fáctico muy poderoso en África.
– – ¿Hay un combate religioso&63;
– – Sí, entre la Iglesia, el islam y las sectas cristianas (los evangelistas). Estos se benefician de que en África el animismo está extendido y pueden captar a gente a la que no hay que convertir desde una fe monoteísta.
– – ¿Cómo cree que los jóvenes europeos deberían mirar a África&63;
– – En África hay falta de esperanza, pero aquí hay falta de satisfacción. Si hasta ahora ha habido un flujo migratorio de sur a norte, quizá sea el momento de un flujo de norte a sur. Hay muchos jóvenes en Europa, gente muy bien formada, con ideas y con iniciativa, que aquí no encuentran su lugar. Porque aquí cada vez hay menos sitio. Les animo a que bajen al sur a buscar su lugar bajo el sol. Allí van a encontrar un mundo fascinante que les va a embrujar y una alegría de vivir que aquí se está perdiendo. Encontrarán países por hacer. Todo tiene un riesgo. Pero es mucho menor que el que corre la gente que viene del sur al norte.
– – ¿Cuáles son, a su juicio, los países clave para el futuro de África&63;
– – Yo hablaría de Suráfrica, Angola, el Congo, Nigeria y Sudán. Angola, por ejemplo es un país muy poderoso, una potencia militar, con un Ejército de más de 100.000 hombres bien entrenados, con una cantidad enorme de recursos naturales y que hace de eslabón entre África austral y África central.
– – ¿Qué papel juega la tribu, la etnia, en la política en África&63;
– – El partido político del africano es su etnia, su tribu. Los problemas de África son de origen étnico, mucho más que religiosos o políticos. Hay que tener en cuenta que los países africanos son estados que nunca existieron. Mire Nigeria: más de 100 millones de habitantes, tres religiones mayoritarias (el islam, el cristianismo y el animismo) y 200 etnias.
– – ¿Dónde está la esperanza&63;
– – La esperanza de África está en la alegría de vivir de los africanos. El africano tiene una asombrosa capacidad de adaptación. Darwin decía que las especies sobreviven si son capaces de adaptarse, y el africano ha demostrado en África y en Europa que su adaptación es ilimitada.
– – Un personaje africano.
– – Mandela. Es alguien excepcional, que demuestra que no siempre el poder tiene que crear monstruos. Mandela es un tipo al que el régimen del apartheid mantuvo durante 27 años en la cárcel. Pese a todo, al salir, Mandela se dio cuenta de que en Suráfrica hay sitio para todo el mundo, también para los blancos.
– – Una gente.
– – Los congoleños. Su alegría de vivir no la vi en ningún sitio. Una fiesta congoleña es algo fuera de cualquier coordenada conocida.
– – El lugar más impresionante.
– – Baidoa, en Somalia, la ciudad donde vi muertos vivientes. Ahí fui consciente de que tenía que dejar el bolí – grafo y el cuaderno y dedicarme a la ayuda humanitaria por pura dignidad humana. Y no fui capaz. Me entró un miedo atroz de que allí diera mi vida un giro de 180 grados. Me arriesgaba a perder mi oficio, mi familia. Tuve miedo de que mi vida dejara de ser lo que era. Fui cobarde. Lo que tenía que hacer no lo hice.
– – En Etiopía conoció al guardián del Arca de la Alianza. ¿Le dijo algo&63;
– – Me dijo que hay que tener tranquilidad de espíritu. Que nada te atormente hasta el punto de hacer cosas de las que te puedas arrepentir.
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