Canarias tutela a 800 menores extranjeros no acompañados, los mismos que en 2006, cuando el ministro Jesús Caldera visitó el Archipiélago y anunció que en unos quince días serían trasladados a la Península 500 chicos, con el fin de que en las Islas permanecieran los 300 que se pueden integrar aquí sin problemas.

DORY MERINO, Tenerife

Canarias tutela en la actualidad a 800 menores extranjeros no acompañados, los mismos que en septiembre del año pasado, cuando el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, visitó el Archipiélago y anunció que en unos quince días serían trasladados a la Península 500 de esos chicos, con el fin de que en las Islas pemanecieran los 300 que se pueden integrar aquí sin problemas.

No obstante, el enfrentamiento político entre CC y el PSOE impidió el pasado martes que el Congreso aprobara una propuesta para el traslado a otras comunidades autónomas de 300 de los 800 menores inmigrantes acogidos por Canarias.

La nacionalista Ana Oramas, que defendió la moción, se remitió una vez más al compromiso que el mismo Caldera asumió en 2006 para facilitar el traslado de los menores y que Canarias sólo acogiera a 300 de ellos e iniciara de forma inmediata el traslado de los 500 restantes.

Recordó que el propio presidente del Gobierno central se comprometió en su día a hacerse cargo “personalmente” de dar solución al problema. Para Oramas, la moción estaba presentada “en positivo para actuar como se hizo el año pasado” porque “Canarias está desbordada y necesita de la corresponsabilidad del Estado”.

Pero el PSOE dejó bien claro que los compromisos del Ejecutivo estatal se referían a su disponibilidad a pagar los traslados y el mantenimiento de los menores en los centros de las distintas comunidades, pero que corresponde a éstas asumir la acogida por ser suya la competencia.

Por su parte, la consejera de Bienestar Social del Gobierno canario, Inés Rojas, reiteró que, desde el año 2000, Canarias ha acogido e integrado a más de 4.000 menores extranjeros no acompañados, algunos de ellos de tan sólo 9 años de edad, y adelantó que pondrá esta situación en conocimiento de instituciones internacionales de protección del menor, porque “algo está pasando en África para que las familias decidan arriesgar la vida de sus niños poniéndolos en pateras o cayucos”.