Las remesas, soporte de los países en desarrollo
El Universal, , 18-10-2007Los trabajadores migrantes enviaron el año pasado más de 301 mil millones de dólares (212 mil millones de euros) a sus familiares en países en desarrollo, monto superior en casi un tercio a las estimaciones publicadas previas, de acuerdo con nuevas investigaciones presentadas ayer.
Los resultados del estudio del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Agrícola (IFAD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), contrastan con los 207 mil mdd en remesas calculados recientemente por el Banco Mundial para 2006, aunque el banco había precisado que el monto sería más alto si se incluía el dinero enviado a través de canales informales.
El estudio representa el primer intento por calcular totalmente las remesas enviadas por canales informales, además de las registradas por los bancos centrales.
La investigación muestra que las economías de algunos de los países y regiones más pobres, especialmente en África Subsahariana y partes de Asia, son más dependientes de las remesas de lo que se pensaba. Las remesas representan un salvavidas para economías en problemas, indicó Lennart Bage, presidente del IFAD.
Además de usar los números oficiales registrados por los bancos centrales, los investigadores del IFAD y del BID recurrieron a encuestas de opinión, sondeos sobre gasto doméstico e investigación académica, así como registros oficiales de bancos y agencias transferencias de dinero.
La liberalización económica y el aumento de las migración transfronteriza ha desencadenado un drástico incremento en los flujos de remesas en las últimas dos décadas, con los flujos a los países en desarrollo superando por 18 mil 400 mdd el nivel observado en 1980. No obstante, parte del ascenso refleja el hecho de que los bancos centrales de varios países han ajustado la forma en que recaban los datos.
Un mejor conocimiento de la dimensión de los flujos de remesas ha ayudado a las autoridades a dar más atención al tema y ha alentado a los políticos a eliminar restricciones que dificultan el envío de dinero a otras naciones.
Asimismo, ha atraído a las instituciones financieras al negocio de la transferencia de dinero, aumentando la competencia y presionando a bajar el costo de realizar un envío.
En Latinoamérica, por ejemplo, donde los bancos centrales han logrado el mayor progreso en cuanto a evaluar el tamaño real del mercado de remesas, la competencia entre los bancos y las compañías de transferencia de dinero, como Western Union y MoneyGram, es de gran intensidad, y las comisiones han descendido alrededor de dos tercios para promediar cerca de 5% en los últimos siete años.
El reporte sugiere que un proceso similar podría tener lugar en el África subsahariana, donde los costos de transferencia tienden a ser mucho más altos, de aproximadamente 10%, debido en parte a que el negocio formal es dominado por uno o dos bancos y la mayoría de las remesas son enviadas por canales informales.
Según el reporte, las remesas a los países del África Subsahariana superaron los 20 mil mdd, más del doble que los 9 mil 300 mdd estimados por el Banco Mundial. Las remesas a Medio Oriente, donde redes de operadores informales conocidos como hawaladars tienen un importante papel en el negocio, y al norte de África se elevan a 34 mil 700 mdd de acuerdo con el reporte, comparado con una estimación del banco de 25 mil 100 mdd.
El reporte indica que las remesas tienden a ser mal calculadas en las zonas rurales, donde las sucursales bancarias son menos y distantes entre sí, y los canales informales dominan los envíos. Argumentando que países europeos como Italia, España y Portugal debían gran parte de su propio desarrollo a bancos rurales y uniones de crédito establecidas después de la segunda guerra mundial para recibir el dinero que los migrantes enviaban a casa, Bage afirmó que el potencial para promover el desarrollo que tienen estos flujos de recursos es enorme.
Los trabajadores migrantes enviaron el año pasado más de 301 mil millones de dólares (212 mil millones de euros) a sus familiares en países en desarrollo, monto superior en casi un tercio a las estimaciones publicadas previas, de acuerdo con nuevas investigaciones presentadas ayer.
Los resultados del estudio del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Agrícola (IFAD) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), contrastan con los 207 mil mdd en remesas calculados recientemente por el Banco Mundial para 2006, aunque el banco había precisado que el monto sería más alto si se incluía el dinero enviado a través de canales informales.
El estudio representa el primer intento por calcular totalmente las remesas enviadas por canales informales, además de las registradas por los bancos centrales.
La investigación muestra que las economías de algunos de los países y regiones más pobres, especialmente en África Subsahariana y partes de Asia, son más dependientes de las remesas de lo que se pensaba. Las remesas representan un salvavidas para economías en problemas, indicó Lennart Bage, presidente del IFAD.
Además de usar los números oficiales registrados por los bancos centrales, los investigadores del IFAD y del BID recurrieron a encuestas de opinión, sondeos sobre gasto doméstico e investigación académica, así como registros oficiales de bancos y agencias transferencias de dinero.
La liberalización económica y el aumento de las migración transfronteriza ha desencadenado un drástico incremento en los flujos de remesas en las últimas dos décadas, con los flujos a los países en desarrollo superando por 18 mil 400 mdd el nivel observado en 1980. No obstante, parte del ascenso refleja el hecho de que los bancos centrales de varios países han ajustado la forma en que recaban los datos.
Un mejor conocimiento de la dimensión de los flujos de remesas ha ayudado a las autoridades a dar más atención al tema y ha alentado a los políticos a eliminar restricciones que dificultan el envío de dinero a otras naciones.
Asimismo, ha atraído a las instituciones financieras al negocio de la transferencia de dinero, aumentando la competencia y presionando a bajar el costo de realizar un envío.
En Latinoamérica, por ejemplo, donde los bancos centrales han logrado el mayor progreso en cuanto a evaluar el tamaño real del mercado de remesas, la competencia entre los bancos y las compañías de transferencia de dinero, como Western Union y MoneyGram, es de gran intensidad, y las comisiones han descendido alrededor de dos tercios para promediar cerca de 5% en los últimos siete años.
El reporte sugiere que un proceso similar podría tener lugar en el África subsahariana, donde los costos de transferencia tienden a ser mucho más altos, de aproximadamente 10%, debido en parte a que el negocio formal es dominado por uno o dos bancos y la mayoría de las remesas son enviadas por canales informales.
Según el reporte, las remesas a los países del África Subsahariana superaron los 20 mil mdd, más del doble que los 9 mil 300 mdd estimados por el Banco Mundial. Las remesas a Medio Oriente, donde redes de operadores informales conocidos como hawaladars tienen un importante papel en el negocio, y al norte de África se elevan a 34 mil 700 mdd de acuerdo con el reporte, comparado con una estimación del banco de 25 mil 100 mdd.
El reporte indica que las remesas tienden a ser mal calculadas en las zonas rurales, donde las sucursales bancarias son menos y distantes entre sí, y los canales informales dominan los envíos. Argumentando que países europeos como Italia, España y Portugal debían gran parte de su propio desarrollo a bancos rurales y uniones de crédito establecidas después de la segunda guerra mundial para recibir el dinero que los migrantes enviaban a casa, Bage afirmó que el potencial para promover el desarrollo que tienen estos flujos de recursos es enorme.
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