POLEMICA / Las declaraciones del premio Nobel de Medicina desatan una avalancha de críticas en toda la comunidad científica / La Comisión de Igualdad Racial del Reino Unido estudia denunciarlo por racismo
El 'padre' del ADN Watson defiende que los blancos son más listos que los negros
El Mundo, , 18-10-2007Afirma que la evidencia actual demuestra la superioridad intelectual de los «occidentales» A nadie pueden ya sorprenderle las salidas de tono de James D. Watson, indiscutible padre de la genética moderna y bocazas profesional de la comunidad científica. Watson lleva una década ejerciendo de excéntrico con opiniones que han bordeado – y en ocasiones traspasado con creces – el racismo, el machismo o la homofobia.
Esta semana, sin embargo, Watson ha llegado quizá más lejos de lo que nunca lo había hecho, enunciando la peregrina teoría de que los africanos son menos inteligentes por norma que los occidentales. Watson dijo el domingo a The Sunday Times que era «pesimista sobre el futuro de Africa» porque «todas nuestras políticas sociales [hacia el continente negro] están basadas en el hecho de que su inteligencia es la misma que la nuestra, pese a que todos los indicios dicen que realmente no es así». Y remachó: «Cualquiera que haya tratado con empleados negros sabe que no es verdad».
No es la primera vez en los últimos años que alguien traza una conexión entre raza e inteligencia. Lo hizo en los años 90 Charles Murray, que sugirió en The Bell Curve que las diferencias en el cociente intelectual eran genéticas y eran diferentes en negros y blancos. El trabajo recibió un aluvión de críticas en todo el mundo y fue etiquetado como «racismo científico». Sin embargo, lanzó al aire una semilla que, a juzgar por los comentarios de Watson, ha germinado en algunos círculos intelectuales.
Porque Watson está lejos de ser un paria dentro de la comunidad científica. Preside el lustroso centro de investigación de Cold Spring Harbour, dirige el consejo asesor de la Fundación Champalimaud y su pedigrí sigue haciendo de él una voz con cierto peso entre algunos de sus colegas.
La deriva que ha emprendido en los últimos años no oscurece la importancia que tuvo para la ciencia su descubrimiento de la estructura en doble hélice del ADN junto a su colega Francis Crick, fallecido recientemente y ganador junto a él del Nobel en 1953. Hubo un tiempo en el que Watson y Crick, paseantes descorbatados y visitantes asiduos de los pubs de Cambridge, simbolizaron una nueva hornada de científicos, visionarios capaces de modelar a su antojo el mundo de sus mayores.
Hoy Watson es el único superviviente de la pareja que revolucionó para siempre la historia de la genética, pero no son nuevos hallazgos sino opiniones extemporáneas las que le lanzan de vez en cuando a las portadas, con titulares cada vez más problemáticos y atrabiliarios. La revista Science lo definía en 1990 muy gráficamente: «Para muchos científicos, Watson se ha convertido en algo parecido a un salvaje y sus colegas suelen mantener su respiración cada vez que él se sale del guión».
Son varios los charcos en los que Watson ha metido el pie en los últimos años. El incidente más célebre hasta ahora era el que se produjo en 1997 cuando dijo que, una vez identificado el gen de la homosexualidad, habría que autorizar a abortar a una madre cuyo feto estuviera predestinado a sentir atracción por personas del mismo sexo.
Hay algo diferente esta vez en las palabras de Watson: un enternecedor tufillo publicitario. El hombre llegaba precisamente ayer al Reino Unido para dar una serie de conferencias y promocionar de paso su último libro, Avoid boring people: lessons from a life in science (Evite a la gente aburrida: Lecciones de una vida dedicada a la ciencia). Sus editores deben de estar frotándose las manos ante la última salida de tono de su enfant terrible, aunque quizá también temerosos de que caiga en las garras de la Comisión de Igualdad Racial, un potente organismo público que vela por el respeto a las minorías dentro del Reino Unido. La institución ya ha anunciado que está mirando con lupa las declaraciones de Watson y que seguirá con atención sus conferencias de los próximos días. Se celebrarán en diversas instituciones académicas, entre otras el Museo de Ciencias de Londres.
A la espera que dictamine la comisión, ya han empezado a llover las ráfagas de mortero sobre Watson. Una de las primeras, procedente de las filas del Partido Laborista. Su portavoz de Interior, Keith Vaz, criticó ayer con dureza su postura: «Es triste ver a un hombre responsable de un logro tan importante hacer comentarios tan ofensivos y con tan poca base científica. Estoy seguro de que sus colegas refutarán en masa lo que parecen ser sólo prejuicios personales».
Un portavoz de 1990 Trust, una organización que vela por los derechos de los negros, ha declarado: «Nos gustaría que sus palabras fueran objeto de una querella judicial».
LAS ‘PERLAS’ DEL DOCTOR WATSON
1 Inteligencia. «Nuestras políticas sociales se basan en la idea de que la inteligencia [de los africanos] es igual que la nuestra, pero toda la evidencia de los ‘tests’ que se han realizado nos dice lo contrario».
2 Evolución. «No hay ningún motivo para pensar que las capacidades intelectuales de personas geográficamente separadas durante su evolución se hayan desarrollado de la misma manera».
3 Negros. «Existe un deseo natural de que todos los humanos deben ser iguales, pero la gente que tiene que trabajar con empleados negros descubre que eso no es verdad».
4 Homosexualidad. «Una mujer debería tener el derecho de abortar si un ‘test’ pudiera determinar que su hijo iba a ser homosexual».
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