El año pasado, 200.000 extranjeros accedieron a nuevos puestos de trabajo mediante el sistema de contratación en origen. En lo que llevamos de 2007 se ha superado ya esta cifra y se espera que en el mes de diciembre haya, por lo menos, 250.000 nuevos empleados.

Se buscan inmigrantes sobre todo en la agricultura, la hostelería y la construcción, pero la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, insistió ayer en que cada vez se demandan más ingenieros de telecomunicaciones, informáticos y sanitarios.

No en vano, un 20% de los que se vienen a vivir a España tiene estudios superiores. Y seis de cada 10 ha realizado al menos estudios de formación secundaria, según el II Anuario de la Comunicación del Inmigrante en España.

De los más de dos millones y medio de inmigrantes que, en total, trabajan en nuestro país (un 15% más que el año pasado), el 10% está afiliado a la Seguridad Social.

«Los necesitamos para trabajar», aseguró Guillermo Madamé, de la empresa de trabajo temporal Randstat.

Elisabet Faus, de La Caixa, vino a decir que los bancos se los rifan y que están deseando hacerse cargo de las finanzas que envían a sus países de origen. Así, cada vez aparecen más productos destinados específicamente a la población inmigrante, como la posibilidad de enviar dinero a través de mensajes de móvil o decidir en qué se van a invertir las cantidades que se mandan.

Todas las previsiones apuntan a que, a lo largo de este año, los extranjeros van a destinar más de 40.000 millones de euros a la compra de viviendas, coches y todo tipo de bienes y a enviar cerca de 7.500 millones a sus familias.