«A Libia no, por favor, a Libia no»
Los 58 inmigrantes rescatados en alta mar desembarcan en Trípoli con miedo por su futuro
La Razón, , 16-10-2007F. Martínez
Madrid- Los cincuenta y ocho inmigrantes subsaharianos que se encontraban a borde del pesquero «Corisco» desembarcaron finalmente ayer «sin incidentes» en el puerto de Trípoli (Libia).
Las autoridades del país condujeron a los subsaharianos a un centro de tránsito después de abandonar el «Corisco», pesquero de bandera portuguesa, integrado por siete pescadores españoles y cinco lusos, con base en Santa Pola (Alicante) que los rescató el pasado sábado en aguas de Libia, momentos antes de que el bote neumático se desinflara completamente y se hundiera, según el embajador de España en Trípoli, Joaquín Pérez Villanueva.
El diplomático español confirmó que la situación de todos los inmigrantes, entre ellos cinco mujeres y tres niños egipcios, nigerianos, ghaneses, iraquíes, mauritanos y senegaleses, será examinada por parte de las autoridades de Libia. Además, Perez Villanueva señaló que se hizo cargo de la lista de náufragos con el fin de ponerla a disposición de organismos internacionales, como ACNUR, que se ocupan de los refugiados.
«Con cara de pena»
El patrón del «Corisco», Antonio López, en una conversación con Efe, aseguró que los inmigrantes querían ir a Italia y agregó que algunos de ellos desembarcaron en el puerto de Trípoli llorando «con cara de pena» y los «hombros levantados» en señal de resignacion. A su vez, el presidente de la Cofradía de Pescadores de Santa Pola, José Ramón García Fuentes indicó que los inmigrantes se encontraban «nerviosos» porque no deseaban que se les volviera a llevar a Libia, de donde partieron de forma clandestina, pero, según fuentes diplomáticas, «se resignaron a ello». «Libia no, por favor, Libia no», susurraban cabizbajos mientras desembarcaban.
El Gobierno libio autorizó in extremis el desembarco de los subsaharianos tras la conversación que mantuvieron el domingo el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y el jefe de gabinete del presidente libio, Muanma Al Gadafi. En esa conversación se llegó a un compromiso por el cual Libia reconoció que el bote que fue rescatado por el «Corisco» salió de sus aguas y, por lo tanto, aceptó el regreso de los inmigrantes. Además, el ministro portugués de asuntos exteriores, Luis Amado, y la Presidencia de la UE actuaron conjuntamente con el Ejecutivo español en las gestiones con el Gobierno Libio.
Moratinos se felicitó por la «solución rápida» dada a una «situación dramática». Sin embargo, la secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Amaya Valcárcel, discrepó con el ministro al señalar que las gestiones «podrían haber sido un poco más rápidas».
Por otra aprte, uno de los seis inmigrantes llegados en cayuco al sur de Tenerife al mediodía del domingo falleció a las cinco de la madrugada de ayer en el Hospital Universitario de Nuestra Señora de la Candelaria, en Santa Cruz de Tenerife.
, según confirmó la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias.
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