Los inmigrantes envían a su país el 15% de lo que ganan
El 50% de las remesas se destina al consumo y no facilita el desarrollo
La Vanguardia, , 16-10-2007JOSEP PLAYÀ MASET – Barcelona
Mientras los países desarrollados anuncian repetidamente su propósito de destinar un 0,7% de los presupuestos a la ayuda al desarrollo de los países pobres, los inmigrantes de estos países destinan alrededor del 15% de lo que ganan a sus familias de origen. El año pasado desde España se enviaron 6.800 millones de euros en remesas, de los cuales 2.500 salieron de Catalunya. Sin embargo, sólo una pequeña parte de ese dinero se destina directamente a inversiones, ya que más del 50% va al consumo directo y sólo un 14% a vivienda.
La importancia de las transferencias económicas de los inmigrantes a sus países de origen y la búsqueda de fórmulas para que sirvan mejor al desarrollo es el tema de un simposio sobre remesas organizado ayer y hoy en la sede de Cosmocaixa de Barcelona por el Instituto Europeo del Mediterráneo (IEMed) y la ONG Remesas. org. Senén Florensa, director general del IEMed, destacó la necesidad de facilitar esas operaciones reduciendo el tiempo y el coste. Se calcula que las remesas tienen un coste medio del 8%. Iñigo Moré, fundador de Remesas. org, señaló que una reducción de dos puntos en ese recargo supondría para Bolivia 30 millones de euros más al año. Precisamente uno de los problemas es que sólo el 25% de los receptores en los países de origen tienen cuentas abiertas en los bancos, lo que obliga a utilizar otros sistemas de que no son las clásicas transferencias.
Lluís Romeu, director de Servicios a Nuevos Residentes de la Caixa,explicó que “de cada tres clientes nuevos, uno es inmigrante”. Y defendió la necesidad de “una bancarización inducida del inmigrante” para que influya en sus familias de origen. “Si la remesa se abona en la cuenta de un familiar, permite pensar en el ahorro y en el futuro en el crédito”. Otros ponentes, como Daniel Ottolenghi, del Banco Europeo de Inversiones; Hassan el Basri, de la Banque Centrale Populaire, de Marruecos; y Fernando Salazar, del Banco Bolivariano, de Ecuador, defendieron también la bancarización como paso para convertir las remesas de consumo en remesas productivas que contribuyan más decididamente al desarrollo.
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