Los inmigrantes son muy conscientes de que tener en regla los “papeles” es fundamental para permanecer en el país. Por eso, en cuanto el Ayuntamiento les envió una carta para comunicarles que debían acudir a las oficinas del padrón lo hicieron con celeridad.

“Me han enviado una carta a casa y no puedo faltar porque si no lo hago ya no podré seguir viviendo aquí”, señaló ayer una joven Ecuatoriana Ana que acudía con su compañero sentimental.

Junto a ella estaban otros extranjeros procedentes de Marruecos y Pakistán que aunque el propio concejal Vicente Igual había bajado en persona para advertirles que no hacía falta que estuvieran esperando en la puerta si les quedaba dos horas de tiempo, ellos preferían estar en la puerta con el resto de compañeros para comentar su situación en Valencia.