Pescadores de inmigrantes
Un barco español rescata a 50 africanos y espera desembarcarlos en Libia
La Vanguardia, , 15-10-2007JOSÉ BEJARANO – Sevilla
EN SERIE Tercer barco de Santa Pola que rescata náufragos en el Mediterráneo
ANTECEDENTE En el caso anterior, Libia tardó cuatro días en autorizar el desembarco
URGENCIA El Corisco cuenta con agua y comida para tres o cuatro días y sufre mala mar
El temporal que arrecia frente a la costa de Libia y las autoridades de este país se resisten a aceptar el desembarco de los 50 inmigrantes rescatados el sábado por el pesquero español Corisco.El capitán José López informó anoche que los ocupantes del barco, de 32 metros de eslora, se encontraban bien, aunque un poco mareados por estar fondeados a 80 millas de Trípoli, en un lugar donde el tiempo empeora por momentos. Los doce marineros y los 50 inmigrantes tienen alimentos para aguantar cuatro o cinco días hasta que las autoridades decidan qué hacer con ellos. Los rescatados son todos de origen africano y viajaban en una lancha tipo zodiac.
La embarcación, sobrecargada y haciendo agua, se acercó al pesquero que estaba faenando para pedir auxilio. “Los inmigrantes estaban nerviosos, llenos de agua y tuvieron que ser rescatados por la tripulación del barco” para que no murieran ahogados, según declaró el patrón del pesquero. La embarcación estaría pinchada porque al poco quedó completamente desinflada. Entre sus ocupantes había cinco mujeres y tres niños. De inmnediato, los pescadores subieron a los náufragos, dieron la voz de alarma por radio y pidieron instrucciones a las autoridades españolas, que les ordenaron fondear cerca de la costa a la espera del permiso para el desembarco. El pesquero había salido de Santa Pola el 10 de septiembre para pescar quisquilla y no tiene previsto regresar hasta final de mes.
Las gestiones para que el Gobierno libio autorice el desembarco en Trípoli las lleva a cabo el embajador de España, Joaquín Pérez Villanueva. Anoche no había respuesta oficial en ningún sentido, aunque sí optimismo en los negociadores por el hecho de que Libia aceptase en junio pasado el desembarco de 25 inmigrantes en situación similar a la de ahora. “La historia se repite y esperemos que también el desenlace”, dijo una fuente consular, si bien recordaban que en aquella ocasión los 25 ocupantes y un cadáver tuvieron que esperar cuatro días para el desembarco en la capital libia. El único temor es que las autoridades del país magrebí quedaran entonces escarmentadas por la reacción agresiva que tuvieron los inmigrantes al conocer que les estaban devolviendo a África.
El pesquero Corisco tiene base en Santa Pola (Alicante), de donde eran también otros dos buques convertidos en improvisados “pescadores de inmigrantes”, el Nuestra Señora de Loreto y el Francisco y Catalina, aunque éste tenía base en Carboneras (Almería). El Corisco tiene bandera de Portugal y tripulación mixta, compuesta por siete españoles y cinco portugueses. La subdelegada del Gobierno en Alicante, Encarna Llinares, indicó a Efe que en las conversaciones también participa el embajador de Portugal en Libia y confió en que las gestiones permitan resolver la situación “en el menor tiempo posible”.
Por otro lado, ayer arribaron a Canarias un cayuco y una patera con un total de 109 inmigrantes. Se da la circunstancia de que en la patera, procedente de la costa marroquí, viajaban 16 menores de edad. Menos tres, todos sus ocupantes eran menores, por lo que puede ser considerada la patera con mayor proporción de niños que ha llegado a las costas españolas. Seis pasajeros tuvieron que ser atendidos a su llegada al puerto de Morro Jable, al sur de Fuerteventura por mostrar síntomas de hipotermia y rozaduras leves.
En el cayuco rescatado ayer a 14 millas de Tenerife viajaban 90 subsaharianos que habrían partido de la costa de Gambia. Fue escoltado hasta el muelle de Los Cristianos por dos buques que le salieron al encuentro, una patrullera de la Guardia Civil y un barco de Salvamento Marítimo. En el cayuco llegaron siete menores de edad. A su llegada al muelle, varios inmigrantes tuvieron que ser desembarcados en camillas y trasladados a un centro sanitario por el estado de extrema deshidratación y debilidad que mostraban.
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