Un pesquero de Alicante rescata a cincuenta inmigrantes en aguas de Libia
El Gobierno de Trípoli se niega a autorizar el desembarco y los víveres se agotan
Diario de Navarra, , 15-10-2007El pesquero Corisco, con base en la localidad alicantina de Santa Pola, rescató en la madrugada del sábado en aguas de Libia a 50 inmigrantes que viajaban en una lancha zodiac a la deriva. El capitán del barco, Antonio López, permitió subir a bordo a los náufragos ante el riesgo de que su precaria embarcación se fuera a pique. Las autoridades de Trípoli no han autorizado hasta ahora el desembarco de los “sin papeles”.
A la una de la madrugada del sábado, un miembro de la tripulación del pesquero, de bandera portuguesa pero de tripulación española, que estaba en plena campaña del camarón, avistó la zodiac, y el capitán del barco ordenó acercarse a la lancha. En un primer momento, López no permitió que los náufragos subieran a bordo, pero a las pocas horas, ante el riesgo de hundimiento, autorizó que embarcaran. «Se iban a ahogar todos», explicó López porque la embarcación iba «medio desinflada» y tenía una capacidad para 20 personas e iban 50. Cuando dio la orden, «se liaron a guantazos para subir. Estaban desesperados».
El capitán, y también armador, del Corisco relató a la cadena Ser que entre los inmigrantes hay «tres críos de entre dos y cuatro años», y también cinco mujeres. Cuando subieron a bordo, los niños iban «con los pañales llenos de caca», y las mujeres, «llorando y devolviendo». Los hombres estaban «empapados y no tenían nada» para cambiarse de ropa, así que los 12 hombres de la tripulación entregaron su ropa, chandals y calcetines, a los náufragos.
Situación preocupante
López comentó que la situación empieza a ser crítica porque el barco llevaba comida para 12 personas hasta final de mes, pero «ahora sacamos el triple o cuádruple de comida que sacamos habitualmente» y, claro, «los víveres van para abajo». Además, el tiempo amenaza con empeorar en esa zona.
El Corisco se encuentra a 85 millas de la costa de Libia con 62 personas a bordo cuando su tripulación habitual es de 12 y es fácil imaginar el hacinamiento. El Ministerio de Asuntos Exteriores ordenó al embajador en Trípoli hacer gestiones ante las autoridades libias para que autorizasen en desembarco, pero las perspectivas no apuntan a que el pesquero reciba permiso para atracar de inmediato.
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