EL DRAMA DE LA INMIGRACION / Una espera angustiosa
España no obtiene respuesta de Libia para desembarcar a 50 'sin papeles'
El Mundo, , 15-10-2007Un pesquero de Santa Pola los rescató el sábado cuando navegaban a la deriva a 80 millas de la costa MADRID/ALICANTE. – La diplomacia española veía correr ayer las horas sin que sus gestiones ante las autoridades libias para permitir el desembarco de los 50 inmigrantes rescatados por el pesquero Corisco, ofrecieran resultados positivos.
El barco, de bandera portuguesa pero con sede en Santa Pola, rescató el sábado de madrugada en alta mar a medio centenar de inmigrantes de origen subsahariano que viajaban en una lancha tipo Zodiac, medio desinflada, frente a las costas libias. En el grupo hay, al menos cinco menores: tres niños de entre dos y cuatro años y dos chicas de 11 y 14.
El embajador de España en Libia, Joaquín Pérez Villanueva, expresaba ayer a media tarde su temor a que la situación a bordo del pesquero se deteriorara hasta llegar al punto de emergencia extrema, habida cuenta de que se trata de una embarcación pequeña – 32 metros de eslora y 12 toneladas – en la que navega una tripulación de 12 personas de nacionalidad portuguesa y española. Esta misma preocupación fue expresada por el patrón del barco, Antonio López, quien aseguró que los víveres de que dispone la embarcación están prácticamente agotados y la mayoría de los rescatados presentan cuadros de vómito.
Las gestiones insistentes del embajador español para permitir el desembarco de los inmigrantes se vieron secundadas incluso desde Madrid por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores. Sin embargo, a última hora de ayer seguía sin recibirse una respuesta de parte de las autoridades de Trípoli.
El pesquero Corisco se mantenía en alta mar, aproximadamente a 80 millas de la costa libia, fuera de las aguas territoriales del país, pero dentro de la zona en la que tiene las responsabilidades de rescate.
Fuentes diplomáticas expresaron a EL MUNDO sus escasas esperanzas de obtener respuesta libia al menos hasta hoy. Las intensas gestiones que se realizaron a lo largo de toda la jornada toparon con la imposibilidad de los más altos funcionarios de Trípoli de contactar con el presidente Muammar Gadafi, de quien depende la decisión de permitir el desembarco de los inmigrantes.
El embajador de España en Libia achacaba esta situación al hecho de que el país celebraba ayer el tercer día de la fiesta del Id – al – Fitr o rompimiento del ayuno al término del mes de Ramadán.
El diplomático apuntaba también su preocupación por el posible deterioro de la situación en el barco, avituallado con víveres y agua para 12 personas. Pérez Villanueva señaló, no obstante, que ya se había entrado en contacto con los gobiernos de Italia y Malta para que, en caso de urgencia, proporcionen suministros al pesquero.
El dueño del Corisco, José López, hermano del patrón, explicó que el barco había zarpado de Santa Pola el pasado 10 de septiembre para la campaña de la quisquilla y tenía previsto regresar a puerto a finales de este mes. Esta era la primera vez, desde que los armadores santapoleros compraron el barco, que la tripulación faenaba en aguas del Mediterráneo.
El rescate llevado a cabo por el Corisco es la tercera acción humanitaria de estas características protagonizada desde julio de 2006 por pesqueros vinculados al puerto alicantino de Santa Pola.
La embarcación Francisco y Catalina, con tripulación de Santa Pola, salvó el 14 de julio de 2006 a 51 inmigrantes. El rescate se produjo en aguas libias, pero el pesquero se dirigió a Malta por ser el puerto más cercano. El permiso para desembarcarlos tardó ocho días.
El pasado 13 de junio, el pesquero Nuestra Madre de Loreto también rescató a 25 inmigrantes y un cadáver que ocupaban una patera frente a las costas de Libia.
En plena oscuridad y entre el oleaje
La triste aventura en la que se ha visto envuelto el ‘Corisco’ se inició de madrugada, en plena oscuridad. La Zodiac avistó la embarcación y puso rumbo hacia ella. Los inmigrantes colocaron la balsa al costado del pesquero y comenzaron a gritar y llorar porque querían subir.
El patrón, Antonio López, llamó a Salvamento Marítimo para pedir instrucciones. Tres horas después, la Zodiac comenzó a hundirse y la tripulación no dudó en socorrer a sus ocupantes. Las corrientes de agua eran fuertes y el mar estaba encrespado. Una vez en la cubierta, los marineros cobijaron en los camarotes a los tres niños, mientras que el resto permaneció fuera. Se les ofreció comida porque, según López, «estaban desesperados de hambre». Ayer, el patrón empezó con el racionamiento porque los víveres escaseaban, y a pesar de que la situación es extrema todos han asegurado que antes de volver a su país se tirarán del barco.
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