Más de un centenar de inmigrantes, entre los que hay al menos una veintena de menores de edad, llegó ayer a las islas LAS PALMAS / TENERIFE. – Las islas Canarias fueron ayer, de nuevo, el puerto de destino de más de un centenar de inmigrantes magrebíes y subsaharianos empujados por el hambre y la miseria a jugarse la vida cruzando el mar en destartalados cayucos.

Esta vez, sin embargo, los perfiles de la desesperación han sido, si cabe, más amargos, porque en las dos pateras que desembarcaron en las costas canarias viajaban al menos una veintena de menores de edad.

En la madrugada de ayer arribó al puerto de Morro Jable, al sur de la isla de Fuerteventura, una patera con 19 magrebíes, 16 de ellos menores. Fuentes de la Cruz Roja indicaron que los inmigrantes se encontraban en buen estado de salud, salvo seis de ellos que tuvieron que ser atendidos a su llegada a la isla por presentar síntomas de hipotermia y rozaduras leves.

La Cruz Roja fue alertada de la llegada de los inmigrantes por el Frontex, el servicio de vigilancia de las fronteras exteriores activado por la Unión Europea. La Guardia Civil se hizo cargo del grupo después de que hubiera sido atendido en el mismo puerto por miembros de la Cruz Roja.

Mientras tanto, en la isla de Tenerife se acogía a un total de 90 inmigrantes que viajaban en un cayuco detectado a 14 millas de la costa. Entre ellos se registraron siete posibles menores de edad.

En este caso, los inmigrantes habían partido de las costas de Gambia, según los datos que barajaba el delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, quien se desplazó al muelle de Los Cristianos para supervisar el operativo de atención.

Entre seis y ocho de los inmigrantes hubieron de ser atendidos por deshidratación e hipotermia y fueron trasladados a un centro de salud aunque su estado, en principio, no revestía gravedad.

El delegado del Gobierno explicó que el cayuco fue avistado hacia las 9.00 horas por un avión de vigilancia, y a su encuentro zarparon una embarcación de Salvamento Marítimo y la patrullera Río Palma de la Guardia Civil, que lo acompañaron hasta el puerto.

Los inmigrantes que llegaron en peor estado tuvieron que ser desembarcados en camilla y fueron trasladados de inmediato al centro de salud de El Mojón.

El delegado del Gobierno en la comunidad canaria afirmó sentirse «afectado e impresionado» cuando acude a estos desembarcos porque demuestran, dijo, que al otro lado del mar «hay un mundo de miseria, hambre y seres desesperados».

No obstante, José Segura aseguró, en declaraciones a la agencia Efe, que la llegada de cayucos ha disminuido notablemente gracias al despliegue realizado por la Guardia Civil en las costas africanas, a las gestiones llevadas a cabo por la diplomacia española en estos países y a la política de cooperación con los países subsaharianos puesta en marcha por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.