La niña y su madre esperan que jueces revean el fallo que ordena su salida de Bélgica.

En la familia de Ana Cajamarca y Angélica Loja, sobre quienes pesa una orden de expulsión desde Bélgica, emitida el miércoles pasado por un tribunal de Bruselas, existe preocupación.

La noticia que recibió Patricia Cajamarca fue a través de su hermana Ana, quien por teléfono evidenció su desconcierto y cansancio ante la  “persecución” que sufre su familia.

En Cuenca, la familia de Ana y su hija Angélica, de 11 años, esperan que las autoridades belgas revean la decisión.

La última esperanza que abrigan es que luego de negarles su permanencia en Bruselas, los jueces que conocen la apelación presentada por Ana revoquen esa resolución y les autoricen quedarse en esa capital. Esta situación se aclararía la semana próxima, acotó Patricia.

Al no tener libertad para movilizarse en suelo extranjero, Ana ha resuelto no salir de su domicilio, mientras su hija asiste normalmente a su centro de estudios, donde cursa el quinto año de escuela. “Mi sobrina está triste porque en su inocencia, solo le queda la impresión de que es un delito ir a otro país”, comentó Patricia.

A la situación legal inestable de la madre e hija se suma el apresamiento del padre Javier Loja, ocurrido hace un mes y medio en Amberes, quien tiene una orden de libertad a su favor dictaminada el lunes pasado, pero que no se ejecuta, según informó Patricia.

La tía materna de la pequeña Angélica refirió que sus parientes se mantienen en Bélgica gracias a la ayuda solidaria de organizaciones, amigos y familiares, pero agregó que la situación cada vez es más crítica.

El caso de Angélica conmovió a la opinión pública, pues la niña estuvo detenida en una prisión para inmigrantes indocumentados en Bélgica.