Taller social

Mujeres gitanas para mediar

El Mundo, LUIGI BENEDICTO BORGES, 12-10-2007

El Ayuntamiento de Madrid promueve un curso para la inserción laboral de mujeres de etnia gitana que quieran especializarse en resolver conflictos Tienen entre 18 y 53 años. Son 16 mujeres de etnia gitana, que pese a los reveses que les ha dado la vida, aún conservan un sólido afán de superación. Por eso cada día laborable acuden al número 14 de la calle Gran Avenida de Usera, donde participan en un Taller de Mediación Social organizado por el Ayuntamiento de Madrid.


Ayer, ocho de ellas estaban enfermas de gripe. El cambio de temperaturas de este otoño loco les ha afectado, pero no tanto como el madrugón que muchas de ellas tienen que hacer para llegar a clase a tiempo. Porque a las 8.00 horas de la mañana les espera en los bajos del edificio donde reciben las clases Elena Durán, su profesora. «Son muy buenas alumnas, y todas están muy interesadas en las lecciones, tanto las más jóvenes como las más veteranas», explicaba la profesora en el recreo.


Elena cuida mucho cada lección, y mientras se espera la llegada de los libros, a sus alumnas les toca coger apuntes, como a todos los estudiantes dedicados. Las clases tratan de abordar temas relacionados, entre otras cosas, con las necesidades sociales y la interculturalidad. «Todas ellas se han tomado muy en serio la labor social que van a desempeñar cuando acabe su formación y se enfrenten al mercado laboral», decía la docente cuando se le preguntaba por la dedicación de las alumnas.


Estas mujeres han sido contratadas por el Ayuntamiento y cobran un salario que les permite estabilizar la economía familiar mientras estudian para obtener el diploma que les faculte para ejercer de mediadoras sociales. Ellas serán las encargadas de resolver futuros conflictos en los que se vean involucradas personas pertenecientes a la población gitana. Con ello se busca un mayor acercamiento entre los payos y los gitanos, al mismo tiempo que se forma a estas alumnas para tener una mejor inserción laboral. Porque si en España conseguir la igualdad entre hombres y mujeres en el terreno laboral ha sido una dura batalla, peor lo han tenido las mujeres de etnia gitana para superar esas barreras culturales e ideológicas que frente a ella colocaban los hombres.


Las clases teóricas se imparten los lunes, jueves y viernes. Los martes y miércoles son los dedicados a las prácticas, imprescindibles para saber como actuar cuando posean el título. «Queremos que salgan muy preparadas, y por eso en las prácticas abordan temas cruciales, como la resolución de conflictos relacionados con la vivienda o la educación», comentaba Elena antes de citar los lugares donde estas 16 alumnas han acudido a aprender y ayudar. Desde que comenzó el curso el pasado mes de mayo, las mujeres han acudido a diversos puntos de la geografía madrileña, como Valdebernardo, Vicálvaro o Puente de Alcocer.


Y aunque las alumnas gitanas son muy tímidas y celosas de la intimidad, tanto como para que algunas pongan reparos a la hora de sacarse una foto o dar sus opiniones sobre el curso, todas muestran una sonrisa de satisfacción y orgullo, fruto de la labor que están desempeñando. Gestos y sentimientos compartidos con todos los responsables de esta campaña, y entre ellos, como no, Elena, que ayer esperaba que «talleres como este se conozcan, porque es un trabajo colectivo tan bonito como especial».

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