Un violador menos culpable por ser italiano

El Mundo, IRENE HDEZ. VELASCO. Corresponsal, 12-10-2007

Un juez de Hannover considera como circunstancias atenuantes las «señas culturales y étnicas» de un acusado de Cerdeña que secuestró y torturó a su novia durante tres semanas Ser natural de la isla italiana de Cerdeña hace que sea menos grave cometer un delito de violación, secuestro y tortura. Así lo ha entendido al menos un juez alemán, que ha reducido la condena a un joven de 29 años que trabajaba como camarero en Alemania y que, convencido de que su novia lituana le engañaba, la tuvo encerrada durante tres semanas, la pegó, la violó, la sometió a agresiones sexuales de grupo, la torturó y la humilló, llegando a apagarle cigarrillos en el cuerpo y a orinarle encima para fotografiarla después.


El magistrado ha considerado como un atenuante el lugar de procedencia del agresor, imponiéndole una condena de tan solo seis años de cárcel por el mero hecho de ser italiano. La pena fue reducida al menos dos años. «Se deben tener en cuenta las particulares señas culturales y étnicas del acusado. Es un sardo. El papel de la mujer y del hombre existentes en su patria no pueden por supuesto valer como excusa, pero deben ser tenidos en consideración como atenuante», se lee en la sentencia, dictada hace un año, pero cuyo contenido trascendió ayer en Italia en medio del estupor y la polémica.


Fue en 2005 cuando Maurizio Pusceddu, un sardo de 29 años que trabajaba en una heladería de Alemania, sometió a su entonces novia a un escalofriante repertorio de torturas y violaciones al sospechar que la joven le traicionaba con otro.


Ese mismo año, un juez de Hannover le condenaba a seis años de prisión, tras considerar como atenuante el hecho de que Pusceddu fuera sardo. Pero la sentencia no se ha conocido en Italia hasta ahora. Y es que la abogada del condenado, Annamaria Buscia, que está tratando de que su cliente cumpla la condena de cárcel en Italia, recibió hace unos días debidamente timbrada por los tribunales alemanes una copia traducida al italiano de la sentencia. «Me he quedado sin habla», señalaba la abogada. «Pensaba que esa actitud hacia los sardos era algo del pasado que se había olvidado hace ya tiempo. Por desgracia no es así».


Como era de esperar, la sentencia ha desencadenado en Italia un aluvión de críticas. Todos los partidos la condenaron por racista y sexista.

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