Secuestran y dan una paliza a un joven en Málaga para lograr la clave de su tarjeta
ABC, 11-10-2007AMANDA SALAZAR
MÁLAGA. «Más vale que nos des bien la clave de tu tarjeta, si no te vamos a matar». Lo que había empezado como una noche tranquila tomando unas copas en Guadalmar junto a unos amigos se convirtió en una verdadera pesadilla para un joven sevillano afincado en Málaga, que vivió la madrugada del pasado lunes la noche más larga de su vida.
El joven, de 27 años, fue agredido y secuestrado durante más de hora y media por cuatro individuos cuando volvía por la vía que une la playa de Guadalmar con la autovía A – 7, en la incorporación del centro comercial Plaza Mayor. Todo empezó cuando, alrededor de la una y media de la madrugada, un vehículo que se encontraba parado en el arcén se le cruzó bruscamente obligándole a parar. El joven, que no quiere dar su nombre por temor a represalias, afirma que se dio cuenta de que sucedía algo raro cuando intentó dar marcha atrás y otro vehículo se le pegó a la parte trasera de su turismo, inmovilizándolo.
Entonces, los cuatro ocupantes de ambos vehículos con las caras tapadas por pasamontañas salieron de los coches y le sacaron del suyo a la fuerza para introducirle en la parte trasera del mismo. «Túmbate y no te levantes; como intentes algo te mato, que tengo una navaja», le amenazó uno de los asaltantes, que se sentó en la parte de atrás. Los demás condujeron los tres vehículos hasta la playa.
Amenazas con una navaja
«No sabía de lo que eran capaces, creía que no salía vivo esa noche», señala el joven. Una vez en la playa, en un lugar totalmente apartado, los asaltantes le sacaron del coche y, aunque la víctima intentó forcejear, le tiraron al suelo y le propinaron una paliza, además de amenazarle con una navaja de grandes dimensiones. No se dieron por satisfechos hasta que les dio la clave de su tarjeta de crédito.
Pero no se fiaban y quisieron asegurarse. Uno de los asaltantes, el que parecía español, fue a sacar dinero. Los otros tres, que en un momento de la agresión se quitaron los pasamontañas y que, según la víctima, podrían ser rumanos, le retuvieron en la playa.
«No sé cuánto tardó en volver, perdí la noción del tiempo, pero cuando el español regresó con el dinero se puso unos guantes negros y creí que iba a terminar de matarme», señala el joven. Fueron los otros asaltantes quienes disuadieron al primero de que lo dejara.
Además de 600 euros de su cuenta, le quitaron todo lo que tenía encima de valor: una pulsera, el teléfono móvil, un reloj, un par de anillos, el navegador del coche de la empresa, «un bluetooth» y su cartera, aunque le dejaron el DNI, el pasaporte y el coche.
La víctima se subió como pudo a su vehículo e intentó volver a casa, pero a medio camino decidió pedir ayuda en una gasolinera. Desde allí fue trasladado al hospital, donde los médicos certificaron hematomas en el costado izquierdo y una contusión en el derecho, además de contusiones en la mandíbula.
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