El museo molesto
# El primer centro museístico dedicado a la inmigración en Francia abre las puertas con discreción El acto coincide con la controversia política sobre los test de ADN
El Periodico, , 11-10-2007ELIANNE ROS
PARÍS
Nada menos que 20 años ha tardado en ver la luz el primer museo del Estado francés dedicado a la inmigración. Y no precisamente por una cuestión de presupuesto. En un país que rechaza toda estadística oficial sobre el origen de sus habitantes – – sobre el papel todos son ciudadanos de la República – – crear una institución dedicada a los extranjeros es un asunto espinoso e incómodo, aunque sea para rendirles un homenaje. En medio de la polémica sobre los test de ADN a familiares de inmigrantes, que ha abierto una brecha en el Gobierno, la Cité Nacional de la Historia de la Inmigración abrió ayer sus puertas con elocuente discreción.
Pese a ser hijo de inmigrantes, el presidente Nicolas Sarkozy ha preferido ahorrarse la inauguración del centro, propuesto por un grupo de historiadores y que los diferentes gobiernos – – tanto de derecha como de izquierda – – se han ido pasando como una patata caliente hasta que finalmente fue impulsado, en el 2002, por Jacques Chirac. Ni siquiera el ministro del ramo acudió al acto. Para el titular de Inmigración, Integración e Identidad Nacional, Brice Hortefeux, la apertura llega en mal momento.
Ley descafeinada
Pese a haber sido descafeinada, la ley que prevé la realización de pruebas de ADN a los inmigrantes que pidan la reagrupación familiar sigue causando rechazo, tanto en las filas del partido del Gobierno como entre miembros del Ejecutivo procedentes de la izquierda. El hecho de que la secretaria de Estado para las ciudades, Fadela Amara, haya calificado la medida de “repugnante” ha levantado gran polvareda, especialmente entre los diputados conservadores que desaprueban la política de Sarkozy. Estos diputados fueron llamados al orden por el primer ministro, François Fillon.
Hortefeux tiene otros motivos para no pisar el nuevo museo. La creación de su ministerio – – la asociación de la inmigración y la identidad nacional ha sido considerada contraria a los principios republicanos – – provocó la dimisión de ocho investigadores que formaban parte del equipo director del centro. La afrenta no quedó impune. El lunes, Hortefeux inauguró un nuevo Instituto de Estudios sobre la Inmigración y la Integración, cuyo objetivo se solapa con uno de los negociados de la Cité, que es el estudio del fenómeno.
Pero el desinterés que ha provocado el museo en el Gobierno contrasta con la atención suscitada en los medios de comunicación franceses y las asociaciones de colectivos de orígen extranjero. Situado en el Palais Doré – – distrito XII de París – – , el edificio ha pasado de albergar, en 1931, la Exposición Colonial Internacional a rendir homenaje a la inmigración. Paradójico destino para una institución cuya gestación se ha encallado varias veces con el tratamiento que debía dar a la colonización. Mientras la izquierda francesa juzga necesario relacionar el colonialismo con la inmigración, la derecha decidió sacar adelante el proyecto poniendo el acento en la integración en el respeto a la diversidad. “Dudo que la izquierda lo hubiera hecho, porque aún confunde esclavitud, colonización e inmigración”, dice el director del centro Jacques Toubon.
Presencia de españoles
El resultado de esta política es un recorrido a lo largo de los dos siglos de Francia como tierra de acogida que pasa de puntillas sobre el tema de la colonización. La exposición trata desde la llegada de los primeros inmigrantes de orígen belga, en 1850, a las grandes oleadas de inmigrantes entre las que se encuentran los españoles, primero por el éxodo de la guerra civil (500.000 refugiados) y entre los años 50 y 60 por la búsqueda de trabajo. “Ya era hora de que una institución oficial se ocupara de este tema”, opina Marcos Velasco, 31 años, hijo de un matrimonio murciano que vino a París en 1968.
Casado con una argelina, Nabila, Velasco se muestra muy orgulloso de formar parte del centro, ya que es el primer museo del Estado que ha incorporado a su consejo de administración a representantes de las asociaciones de inmigrantes. Los españoles, que celebran un siglo de presencia en Francia, están presentes en la exposición en las impactantes fotografías de Robert Capa y de David Seymour sobre el éxodo republicano. Los refugiados económicos son tratados en su conjunto, con referencias tanto a las muestras de acogida de Francia como a las campañas xenófobas surgidas a lo largo de la historia, incluido el nacimiento del Frente Nacional de Le Pen.
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