El Ayuntamiento gestionará las instalaciones, que empezarán a funcionar antes de 2008 La ciudad de Valencia contará antes de que acabe 2007 con el primer centro de acogida para inmigrantes temporeros. La medida tiene como objetivo evitar que decenas de personas vuelvan a malvivir bajo el puente de Ademuz.

La apertura del centro, prevista para diciembre, será posible tras un complicado acuerdo entre la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de Valencia y las ONG que han ayudado en los últimos años a los inmigrantes que dormían en el antiguo cauce del río Turia.

La mediación de la síndica de Greuges, Emilia Caballero, permitió ayer que una reunión de dos horas acabara con el anuncio, por parte de las ONG, de lo que consideran “un triunfo tras cuatro años” de desencuentros. En este tiempo, los hasta 150 inmigrantes (la mayoría subsaharianos) han sufrido agresiones, amenazas y hasta el baldeo de un camión cuba del servicio municipal de limpieza.

El pasado mes de julio se produjo el desalojo del campamento de inmigrantes, que había crecido con la llegada de europeos del este, para la construcción de un estanque bajo el puente que evitaría la formación de nuevos asentamientos.

En la reunión con la concejala Marta Torrado participaron la Red de Acogida, la Mesa de Solidaridad, el Foro Alternativo de la Inmigración, la Amablea Baobab, una representación de Cáritas y la síndica, quien destacó que se pretende “desbloquear la ruptura del diálogo y dar soluciones efectivas”.

Jornaleros que viven en la calle

Lo más positivo para las ONG es que, por primera vez, se creará un centro “específico para inmigrantes”. Hasta ahora, el Ayuntamiento ofrecía plazas en albergues, cuya existencia negaban las ONG. El funcionamiento interno de estas instalaciones impedía a los temporeros trabajar en el campo y tener un lugar de acogida estable.

El nuevo centro no está pensado para los cupos de inmigrantes contratados en origen y que trabajan como temporeros en determinadas campañas agrícolas, sino para los que ya viven en las calles o albergues de Valencia y que suelen trabajar como jornaleros en diferentes explotaciones de la provincia.

Desde el Foro y la Red de Acogida aseguraron que el centro será “de responsabilidad y gestión pública, porque el Ayuntamiento se ha comprometido a ello”. Hasta ahora, varias ONG han tenido que improvisar soluciones temporales para intentar mejorar las condiciones de vida de las personas del puente de Ademuz, al menos durante el invierno.

Uno de los escollos, además del claro enfrentamiento entre las ONG y la Administración municipal, era que el Consistorio valenciano consideraba que los centros de acogida debían crearse en los lugares a los que se trasladaban los inmigrantes a trabajar en tareas agrarias.

La apertura del centro responde a la reivindicación que desde 2005 han reiterado las organizaciones solidarias: el cumplimiento del Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (Pavace 2001 – 2006), que preveía la apertura de 12 centros de acogida en toda la Comunitat.

El Ayuntamiento y las ONG acordaron que a finales del próximo mes de noviembre mantendrían otra reunión “para concretar el funcionamiento interno y las características del centro”. Las asociaciones, que creen necesarias alrededor de 100 plazas, tratarán de avanzar ese encuentro para acelerar los trámites.

Para la semana próxima está prevista otra reunión con responsables de la Conselleria de Inmigración y la mediación de la defensora del pueblo valenciano para estudiar la participación de la Generalitat, institución que firmó el Pavace con los sindicatos y la patronal.

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