El domingo, 7 de octubre, asistí al VI Encuentro Intercultural de Todas y Todos en Gernika, y cuando volvía a casa me reafirmaba en las ideas con las que fui, que la convivencia con las distintas culturas es enriquecedora y aleja la lacra del racismo, ya que al acercarte a ellos y ellas compruebas que son como nosotros, con las mismas virtudes y los mismos defectos, por lo que es muy bueno y productivo hacer estas actividades con los más pequeños; que el comportamiento que tengamos con los demás es lo que realmente marca la diferencia, y no el color ni el origen de quien los tenga. Pero esto siendo, como es, lo más importante y lo más valiente, porque te hace juzgar los hechos y no quien los comete, no es lo más extendido, ya que la mediocridad y la cobardía lo cubre como el alquitrán de las carreteras. Ya hay muchas personas, o bien simples, abusonas, acomplejadas, mal informadas o con muy mala leche, que no soportan a los inmigrantes pobres, remarcando la palabra pobre, porque si fueran ricos ese desprecio se convertiría en babosa sumisión.