Los musulmanes de Badalona alquilan el polideportivo de Llefià los viernes durante el Ramadán con la oposición de los vecinos

TENSIÓN EN LA PISTA

La Vanguardia, , 08-10-2007

LUIS BENVENUTY – Badalona

Tras cinco años de negociaciones, el Ayuntamiento ha descartado hacer una gran mezquita
Viernes de Ramadán. Unos 500 musulmanes V rezan en el polideportivo municipal del badalonés barrio de Llefià. El viernes es día de obligada visita a la mezquita. Rezan sobre lonas negras porque una entidad deportiva protestó. Porque los musulmanes oraban descalzos sobre el mismo parquet en el que luego los chavales jugaban al baloncesto. Los padres dijeron que eso no era higiénico. "Es humillante – dice un fiel a la salida del oficio-, nos han puesto las lonas sucias que usan en los conciertos. Entramos limpios pero salimos sucios.

Como nosotros no podemos votar, llevamos siempre las de perder. Los políticos siempre se ponen de lado de los vecinos de siempre".

Tras más de cinco años de negociaciones, el Ayuntamiento descarta – o pospone para un lejano futuro- facilitar la construcción de una gran mezquita. Dice que la ciudadanía no está preparada. “Hoy día hay problemas con el cumplimiento de la ley de Horarios, de ocupación de los espacios públicos, de civismo en las comunidades de propietarios – dice el edil de Convivencia, Josep Pera-, unos problemas que enrarecen las relaciones con los inmigrantes y que tenemos que resolver antes de abordar esta cuestión. Hasta ahora no se ha hecho pedagogía social en Badalona”. “Los inmigrantes se tienen que adaptar a nosotros, no nosotros a ellos”, dice el portavoz de la entidad deportiva.

Los musulmanes dejan el polideportivo. Uno de los organizadores de la celebración les conmina a dispersarse rápidamente por las calles. Una de las asociaciones de vecinos del barrio se quejó. Dijo que tantos árabes abandonando a la vez un pabellón a la hora de la salida del colegio asustaba a los niños. Querían que los fieles salieran de uno en uno, pero los musulmanes se negaron. Con todo, el presidente de la entidad vecinal, el mismo que el de la deportiva, y que prefiere guardar el anonimato, mostró su satisfacción. “La única mezquita de Badalona está en Llefià, y celebran el Ramadán en nuestro polideportivo. Estas cosas hay que extenderlas por toda la ciudad, que pongan una mezquita en cada barrio y que no tengan que venir todos aquí”, argumenta.

Hace más de un lustro, las protestas vecinales llevaron al Consistorio a impedir la apertura de un segundo templo en este barrio – el primero, el único de Badalona para una población de más de once mil musulmanes, mide 90m2-.Así surgió la idea municipal de propiciar la construcción de una gran mezquita. Los musulmanes la pagarían, y el Ayuntamiento facilitaría un terreno alejado de las zonas habitadas mediante permutas, obteniendo terrenos de la comunidad a cambio. Pero, antes de la elecciones municipales, el PP instó la fundación de varias plataformas ciudadanas contra el proyecto que recogieron miles de firmas bajo el lema “No a la mezquita en suelo público”.

Según el concejal Pera, la idea de la gran mezquita nunca fue buena. “Lo que hay que hacer es propiciar la creación de pequeños oratorios con escaso impacto vecinal en varios barrios, pero dentro de unos años; antes tenemos que lograr un clima social adecuado”. Para Abdelsalam Benajiba, uno de los portavoces de la comunidad musulmana, estas palabras no son más que “excusas”. “Nosotros siempre apostamos por abrir pequeños oratorios en cada barrio, pero esto no es más que otra promesa que no se cumplirá. Si los políticos no tuvieron el valor de dejarnos abrir una mezquita en un polígono industrial donde no vivía nadie, cómo nos vamos a creer que se enfrentarán a los vecinos y nos dejarán abrir templos por toda la ciudad. Llevamos más de cinco años de promesas incumplidas. No nos creemos nada. Estamos desesperados. Somos ciudadanos de segunda, sin derechos. Y ya no queremos ayuda de nadie. Que hagan una ley de centros de culto, que digan cuáles son los requisitos, y nosotros los cumpliremos. Pero que dejen de humillarnos. La comunidad no está enfadada, está desilusionada, cansada”.

El Ayuntamiento está de acuerdo, y desde hace más de un año trata de elaborar una ordenanza, pero se encuentra en un callejón legal sin salida y pide ahora a la Generalitat que elabore una normativa general sobre el tema. “Hay un vacío legal y la Generalitat lo tiene que reglamentar – dice el edil-. Hace años dijeron que al menos harían una guía con consejos para los municipios, pero no ha sido así”. Entre tanto, los musulmanes se dispersan a toda velocidad para no asustar a los niños a la salida del colegio mientras limpian el polvo de las rodillas de sus pantalones. Dicen que en Marruecos nadie tiene problemas para abrir iglesias católicas. “Nosotros también pagamos impuestos”. “En cuanto la gente acepte nuestras normas y nuestra manera de vivir no habrá problemas”, zanja el líder vecinal.

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