EFE
Berlín

Un iraquí de 36 años confesó hoy, en la apertura del juicio contra él en Múnich, haber asesinado a su esposa, de 24 años, e insistió en su convicción de que fue “por honor”, ya que ésta había pedido el divorcio, informaron fuentes judiciales.
El individuo admitió ante el tribunal haber asestado varias puñaladas a su esposa ante los ojos de su hijo de cinco años apenas unas horas después de su separación, hace aproximadamente un año.

Tras haberle causado heridas de muerte, el acusado roció con gasolina el cuerpo de su mujer y le prendió fuego.

La víctima murió posteriormente en el hospital a consecuencia de la pérdida de sangre y quemaduras sufridas.

El acusado dijo al tribunal que planeó el asesinato de su esposa porque ésta le “había traicionado”, puesto que sólo se casó con él para conseguir papeles e ir a Europa.

La mujer le denunció en septiembre de 2005 por malos tratos y logró que se dictase contra él una orden de alejamiento, lo que para el acusado significó que le “echó a la calle” y que ello le obligó a dormir en el auto durante meses.

El matrimonio fue concertado por las familias de ambos cónyuges en el 2000 y, según el acusado, éste pagó alrededor de 30.000 euros por su novia, con la que antes de la boda había hablado “unos 25 minutos”.