1. Siete miembros del Gobierno

El proyecto de ley ha causado discrepancias en el Gobierno. Siete ministros o secretarios de Estado han expresado en público su oposición a la polémica enmienda de las pruebas de ADN. Pertenecen a los llamados ministros de apertura; es decir, las personalidades de izquierda captadas por Sarkozy. Bernard Kouchner, ministro de Exteriores; Fadela Amara, secretaria de Estado para la política de las ciudades, y Martin Hirsch, alto comisario para las políticas contra la pobreza, han criticado la enmienda.

2. Católicos y protestantes

La conferencia de los obispos católicos de Francia ha denunciado “las medidas cada vez más restrictivas” contra los inmigrantes. Los obispos consideran que las pruebas de ADN representan “el riesgo de una grave desviación del sentido del hombre y de la dignidad de la familia”. Por su parte, la Federación Protestante de Francia se declara “sorprendida por esta intromisión en la vida privada y en la intimidad de las familias extranjeras”, en referencia a los tests de ADN, que están prohibidos en las familias francesas.

3. Los países africanos

La introducción de las pruebas de ADN ha suscitado una fuerte oposición en África, ya que los inmigrantes africanos son los principales destinatarios de la medida. Personalidades como el presidente de Senegal, Abdoulaye Wade, o el de la Comisión de la Unidad Africana, Alpha Oumar Konaré, se han manifestado en contra. Wade estima que prácticas como los tests de ADN “no respetan la libertad del hombre”. Konaré juzga el proyecto “inconcebible” e “inaceptable desde el punto de vista ético, moral y cultural”.