Shaima Saidani, la niña de 9 años de origen marroquí que fue expulsada el lunes de la semana pasada de la Escuela Anexa – Joan Puigvert de Girona porque la dirección del centro le prohibía que llevase puesto el ‘hiyab’ (pañuelo islámico), se reincorporó ayer a clase con total normalidad después de que la consejería de Educación de la Generalitat obligase al centro escolar a readmitirla de forma inmediata.

Según el departamento de Educación de la Generalitat, sobre las 10 de la mañana, Shaima Saidani regresó al colegio con el pañuelo puesto y acompañada de sus padres, que aseguraron que la niña lleva la cabeza cubierta «por decisión propia, porque es muy religiosa». Los padres de la menor explicaron que tanto ellos como su hija están «muy contentos» de que pueda asistir de nuevo a clase sin tener que quitarse el pañuelo de la cabeza.

La niña vivió gran parte de su vida en Marruecos con su abuela, que la educó bajo los preceptos del islam. Al parecer, el año pasado la niña fue escolarizada en el colegio Eiximenis de Girona, donde, según sus padres, tuvo muchos problemas con los demás alumnos, que le quitaban el pañuelo. Finalmente la niña cambió de colegio y fue matriculada en el centro Puigvert, que la expulsó la semana pasada.

La dirección de la escuela decidió que la menor no podía asistir a clase ataviada con el pañuelo islámico porque el reglamento interno del centro no lo permite. La consejería de Educación decidió su reincorporación al considerar discriminatoria la expulsión.

Prima la escolarización

Por su parte, el secretario de Movimientos Sociales del PSOE, Pedro Zerolo, afirmó ayer que la asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos promoverá que las niñas musulmanas «se quiten ellas mismas el velo». Zerolo se mostró a favor «de la escolarización en cualquier caso y condición, dado que es un derecho de la menor y un deber de los padres», subrayó.

El Consejo Islámico de Cataluña celebró la decisión de obligar al centro a readmitir a la menor y consideró que casos como éste «son aislados y no merecen una modificación de la normativa». Para el portavoz del consejo, Mohamed Halhoul, «la educación de la niña está en juego». «Ésa es la prioridad, tanto si va con velo como si no».

A las opiniones sobre el caso se sumó también Carme Capdevila, consellera catalana de Acción Social y Ciudadanía, quien abogó por «regular a nivel escolar» el uso del pañuelo islámico. «Esta niña tiene derecho a estar escolarizada y esta situación debe resolverse con los padres, con la escuela y, evidentemente, hemos de avanzar porque la escuela sea aconfesional», remarcó. La consellera consideró que «quizá sí que hará falta regular en esta línea para evitar estas situaciones de conflicto».

Pero, a su juicio, «como persona de quien depende la Secretaría de Infancia y Adolescencia siempre estoy a favor de los menores» y «el menor en este caso tiene el derecho a asistir a la escuela», dijo. «Tenemos muy claro que siempre es la mujer quien tiene suficiente criterio, que es suficiente madura para tomar las decisiones que quiera». Como la niña es menor, «esta decisión no la toma libremente, sino que sus padres la han tomado por ella. Y esta es una cuestión que deberemos regular», avanzó.