Canela fina. Vemos triple

Canarias 7, , 02-10-2007

Carmen Merino
Santa Cruz de Tenerife
No se trata de minimizar cómo afecta la inmigración en las sociedades de destino cuando experimenta un importante crecimiento en un período de tiempo reducido. Las consecuencias existen aquí, en el madrileño barrio de Lavapiés o en las tantas ciudades europeas que han visto crecer la población foránea en los últimos años.

No hay nada que ocultar a una sociedad que debe ser tratada como madura. Como tampoco conviene recurrir a ese falso humanismo, la versión cursi, que alaba las bondades de la inmigración para los países emisores y receptores sin alcanzar a entender que usar gafas de color rosa solidario no es suficiente para resolver los problemas reales, esos que siempre acaban estallando por mucho que te empeñes en no mirarlos.

Cosa muy distinta es que haya alguien empeñado en enviar mensajes que magnifican la cuestión y predisponen a la confrontación.

Un estudio del propio Gobierno de Canarias, elaborado por la Consejería de Asuntos Sociales durante el mandato de Adán Martín y dado a conocer ayer por la Cadena Ser, evidencia que los canarios han sido sometidos a la ingestión de afirmaciones, noticias y propuestas política tóxicas que le han ocasionado una especie de borrachera del entendimiento producto de la cual vemos triple. Sí, triple. No doble como es habitual en los casos de consumo excesivo de alcohol y otros perturbadores de la percepción, sino multiplicado por tres.

Esa es la impresión que tienen los isleños del número de inmigrantes que conviven con ellos en las Islas, impresión que multiplica por tres el número real de foráneos.

Sin duda la constante arribada de cayucos y pateras a las costas de nuestras islas, y la cobertura puntual que de ello ofrecen los diversos medios informativos, animan a ver más donde hay menos, sobre todo porque este tipo de inmigrantes irregulares no son precisamente los que se quedan aquí y tratan de integrarse laboral y socialmente.
Pero es mucha casualidad que los principales problemas que detectan los canarios sean la presión que ejercen los inmigrantes sobre el empleo y la Sanidad, precisamente aquellos asuntos en los que los nacionalistas de CC han venido poniendo el acento para crear un estado mental de defensa ante el foráneo al que no le queda otra que transformarse, tarde o temprano, en rechazo.

Cabe preguntarse si fue antes el huevo o la gallina. El mensaje político o la inquietud social. Si es esa la coyuntura yo apuesto claramente por el huevo. La razón es que siempre he echado en falta en la gobernante CC la voluntad política de dimensionar objetiva y adecuadamente el problema.

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