El objetivo de la ley de acogida catalana no es otro que promover la igualdad de oportunidades y la cohesión social. Y para ello se establece un nuevo derecho, el del acceso universal a los servicios de primera acogida. La llegada más ordenada de inmigrantes puede ayudar en ese proceso que ha tenido unas variables propias en Catalunya.

DIFÍCIL ACOGIDA. En el año 2000 había 181.598 inmigrantes en Catalunya (2,9%) y en 2007 eran ya 966.004 (un 13,4%). La rapidez de este crecimiento explica también las dificultades de recepción. Un 29% de la población inmigrante asegura que le resultó “bastante difícil” establecerse y otro 18%, “muy difícil”.

CRECE LA INMIGRACIÓN LEGAL. La inmigración se ha convertido en un hecho estructural que se mantendrá al menos en el próximo decenio y más por el vacío generacional. A diferencia de hace unos años, crece la inmigración de carácter legal. En 2006 hubo 52.347 empadronamientos en Catalunya y 39.193 nuevos permisos de residencia. Llegan menos inmigrantes sin papeles y se puede planificar mejor la acogida.

UN PROBLEMA NUEVO. Un 35% de la población opina que la inmigración es uno de los principales problemas. Las causas del malestar son la creencia de que ocupan puestos de trabajo y servicios de los autóctonos o que contribuyen al aumento de la delincuencia. Una mayoría cree que se debe fomentar la formación y el conocimiento del catalán aunque mantenga su cultura y tradiciones.