Ayaan Hirsi Ali vuelve a Holanda para que el Gobierno pague su seguridad
El Mundo, , 02-10-2007La feminista musulmana amenazada de muerte dice no poder financiar su protección en EEUU El caso de Ayaan Hirsi Ali hizo caer el Gobierno holandés, desmembró su partido y atizó la mala imagen del país tradicionalmente liberal y ahora reticente a los inmigrantes. Pero ahora la ex parlamentaria y feminista musulmana amenazada de muerte sólo estará segura en Holanda.
La autora de origen somalí, exiliada a EEUU tras un duro enfrentamiento con la antigua ministra de Inmigración, Rita Verdonk, ha tenido que volver a su país para que el Gobierno siga pagando el riguroso aparato de seguridad que la rodea. El Ejecutivo de Balkenende, su socio de grupo en la legislatura pasada, anunció que ya no podía seguir financiando la protección en Washington de Hirsi Ali, coautora de un documental sobre las mujeres y el islam con Theo Van Gogh, asesinado por un extremista en Amsterdam en 2004.
Tras un año en el think – tank neoconservador American Enterprise Institute, la ex diputada acaba de conseguir su green card, la tarjeta de residencia permanente en EEUU, por lo que el Gobierno holandés esperaba poder desentenderse de sus gastos. Sin embargo, la Administración Bush tampoco quiere hacerse cargo de la seguridad de la holandesa – somalí que ha acaparado portadas, dentro de una gran campaña mediática, pero no tiene ningún cargo público en EEUU.
Claro que, según la conveniencia publicitaria, Washington se ha saltado sus prácticas. Hace sólo una semana, el Servicio de Inmigración estadounidense organizó un raro acto solemne para concederle el permiso de residencia. De hecho, interrogado sobre el evento, un portavoz, que reconoció no tener ni la más remota idea de quién era Hirsi Ali, aseguró ayer a este diario que sólo se celebran ceremonias para conceder la ciudadanía. Durante la inusual celebración, el director, Emilio González, alabó a «una mujer valiente que está ejerciendo su derecho a la libertad de expresión» y la animó a seguirlo haciendo con «la protección de la Constitución de EEUU». La somalí dijo sentirse «embriagada» por las emociones y «el gran orgullo» de estar entre los inmigrantes de EEUU. Sin embargo, más que cartas fundamentales, la autora amenazada prefiere corpulentos guardaespaldas bien pagados.
Furiosa marcha
Así, Hirsi Ali ha vuelto a casa (a una localidad y dirección secretas), más de un año después de su furiosa marcha, después de que el Ministerio de Inmigración tratara de expulsarla por haber mentido sobre detalles familiares en un formulario de petición de asilo, en 1992, como confesó ella misma en un documental sobre su vida. Por la popularidad del personaje, su compañera de partido, la ministra Verdonk dio su brazo a torcer, pero eso no evitó que la parlamentaria renegara del que ha sido su país durante 14 años.
Nada más regresar a Holanda, la ex diputada ya ha causado polémica. El Partido Verde pide un debate de urgencia en el fragmentado y delicado Parlamento holandés y se queja de que el Gobierno no sea capaz de proteger a su «Salman Rushdie» igual que Reino Unido se ha ocupado del autor de Los versos satánicos desde la fatua (decreto religioso) lanzada por el Ayatolá Jomeini para invitar a su asesinato.
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