Paulino Rivero recalca que los menores extranjeros "son una cuestión de Estado"
El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, visitó ayer el centro de emergencia para menores extranjeros no acompañados de Tegueste, donde recalcó que volverá a recordar a José Luis Rodríguez Zapatero que todas las comunidades españolas deben ayudar a Canarias en la integración de estos chicos.
El Día, , 29-09-2007El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, visitó ayer el centro de emergencia para menores extranjeros no acompañados de Tegueste, que acoge a 113 chicos africanos, el 70% procedente de países subsaharianos y el 30% restante de origen magrebí.
Rivero explicó que Canarias ha recibido a 4.000 menores no acompañados desde el año 2000. Manifestó que todos necesitan ser integrados y, por este motivo, hizo hincapié en que volverá a recordar al presidente del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero, que se trata de un problema de Estado y que todas las comunidades españolas deben implicarse en la formación e integración de estos chicos para ayudar a Canarias en esta carga.
En el mismo sentido se expresó la consejera de Bienestar Social, Inés Rojas, que acompañó ayer a Rivero y agradeció su visita al recinto “para hablar con los menores, escucharles y conocerles”. También explicó que los menores recuerdan su deseo de poder trabajar en cualquier parte de España o de Europa.
Inés Rojas manifestó que, en la actualidad, son 738 los que están acogidos en Canarias, pero en unos días llegarán a 800, teniendo en cuenta que próximamente ingresarán en los recintos de emergencia los llegados en los últimos cayucos.
En opinión de Paulino Rivero, “para Zapatero, el Estado termina en Cádiz”, en alusión a que no atiende las demandas del Gobierno canario en esta materia.
Por su parte, el director de este centro de emergencia, José Barreiro, precisó que la mayor parte de los 113 menores extranjeros que viven allí tienen de 10 a 12 años, aunque también hay algunos de 17 ó 18. Indicó que en Tegueste están los más pequeños de los que llegan en pateras y cayucos, mientras que al dispositivo de La Esperanza van los que son un poco mayores.
En el momento de la visita, a las 17:00 horas, la mayoría de los chicos se encontraban realizando actividades de ocio: juegos de mesa, viendo la televisión o de paseo. Otros estaban afanados en talleres manuales y algunos hacían prácticas con el ordenador. Barreiro explicó que en este tiempo de Ramadán que practican casi todos han aflojado un poco las clases teóricas, para ayudarles a pasar mejor estos días en los que no comen durante la jornada. Para que tengan más salidas laborales practican la jardinería en un pequeño huerto del centro.
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