Asamblea no despierta mayor interés entre los inmigrantes

El Universo, NUEVA YORK, EE.UU., 29-09-2007

Los ecuatorianos que viven en Nueva York miran a la Asamblea Constituyente con la esperanza de mejores días para el país, pero, a la vez, con la distancia de quien ya no es parte de esta realidad. Además, en “la capital del mundo” hablar de los ecuatorianos “como un grupo unido y fuerte” es un eufemismo; están dispersos.

En Queens, una de las zonas de mayor diversidad poblacional, se pueden observar varios postes y basureros empapelados con afiches de algunos candidatos ecuatorianos que viven en EE.UU. y que esperan regresar como asambleístas.

La central del Prian –a pocas cuadras de un local del pollo Gus y de otro de hornado–  es una de las más activas; convoca a charlas, debates y a conversatorios.

Alicia M., que pidió la reserva de su apellido por no tener todos los papeles en regla, se queja, sin embargo, del bajo nivel de discusión. “Acá  todo se ha reducido a insultarse; entre ellos (los candidatos) se odian, se dicen malnacido, ladrón”.

Las pugnas, en muchos casos, se originan no solo en las tendencias políticas, sino en la fragmentación de las organizaciones de ecuatorianos.

Existen decenas de grupos que dicen ser representativos.

En Nueva Jersey, otro polo de concentración de latinos, no hay mayor interés en las elecciones. Jason Medina, hijo de ecuatorianos, dice que a sus padres no les interesa la Constituyente ni el plan de retorno que impulsa el Gobierno.

En Brooklyn la reacción de la gente que salió a la calle para recibir al presidente Rafael Correa en su última visita la semana pasada, fue resultado de la curiosidad que despierta la presencia del Mandatario y del interés en escucharlo, más no de un compromiso con el proyecto político del actual Gobierno.

Una excepción la constituyen los ecuatorianos que son militantes de los partidos y que están en plena campaña. Ellos han elaborado pancartas, camisetas, recuerdos y una serie de material propagandístico con el fin de captar simpatizantes.

Marcelo Jurado González, de la lista 406, por ejemplo, viajó hace una semana desde Nueva York hasta Quito para establecer contactos con los medios de comunicación locales. Su intención es que los familiares persuadan a sus parientes que viven en Estados Unidos a votar por él.

Según explicó, esa era una manera más efectiva de propaganda, pues en Nueva York los costos y las distancias hacen imposible llegar con un mensaje electoral claro.

Otro tema determinante es el carácter voluntario del voto en el exterior, a diferencia del nacional, que es obligatorio.

La Cancillería y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) esperan contar con la mayor cantidad de votantes mañana. Para el TSE, lograr el sufragio del 60% de los empadronados en el exterior ya será un éxito.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)