| BARCELONA, España

2.500 inmigrantes quieren invertir $ 1 millón en casas con  estilo español en el cantón Balzar. 

La comunidad balzareña de Cataluña impulsa la construcción de un proyecto habitacional con el que pretende cambiar la fisonomía de su ciudad natal y ayudar a la economía local.

El levantamiento del complejo  de vivienda será la materialización de un sueño que permitirá a los balzareños de Cataluña tener un hogar en la tierra en la que nacieron.

“Son casas que  vamos a comprar a través de hipotecas. Así podremos tener un lugar al que llegar cuando vayamos de vacaciones a Balzar, o un sitio en el que vivir si volvemos de forma definitiva”, explica Alfredo Cedeño, portavoz de los balzareños residentes en Cataluña.

Según Cedeño, las cajas y bancos españoles están dispuestos a financiar la adquisición de estas viviendas, cuya principal característica es su diseño europeo. “Serán muy parecidas a las casas que podemos ver en Barcelona o en los pueblos de los alrededores.  La construcción del proyecto habitacional cambiará la fisonomía de Balzar”.

De acuerdo a las previsiones de los balzareños radicados en Cataluña, la construcción de las viviendas  generará 250 puestos de trabajo en su ciudad y una inyección a la economía de un millón de dólares.

Cedeño explica que la realización del plan habitacional ratifica la importancia que tienen los inmigrantes balzareños en el día a día de su ciudad.

En Cataluña residen 2.500 inmigrantes nativos de Balzar, quienes llegaron tras la crisis bancaria que afectó a su país en 1999.
“Prácticamente salimos corriendo”, dice  Cedeño, que rememora con pesar el éxodo protagonizado por su pueblo.

“Aquí (en Cataluña) somos 2.500, pero en  Génova (Italia) hay 5.000. También hay muchos que viven en EE.UU.”.

Muchos  lograron reunir a gran parte de su familia como Geovany Briones, de 39 años, quien reside en esta localidad española con otros treinta parientes. “Todos nos llevamos bien y donde hay un balzareño, aparecen cinco más”, acota  entre risas el inmigrante.

Más  mujeres
Según el censo efectuado por la Asociación de Balzareños de Cataluña, el 60% de los inmigrantes residentes es de sexo femenino. Las mujeres fueron las primeras en emigrar y trabajan en el cuidado de ancianos y el comercio. Los hombres laboran en la construcción, hostelería y los servicios.