sociedad

Los inmigrantes corrigen la pirámide demográfica y son decisivos para la economía

La población española creció un 112% en el siglo XX, pero baja la natalidad

Diario Vasco, TOMÁS GARCÍA YEBRA, 28-09-2007

MADRID. Aunque la población española creció en el siglo XX el 112%, «el descenso de la natalidad ha sido imparable», afirmó el experto en contabilidad nacional y regional, Julio Alcaide, quien dio a conocer ayer el estudio Evolución de la población española en el siglo XX por provincias y comunidades autónomas. Auspiciado por la Fundación BBVA, el exhaustivo informe ha sido publicado en dos volúmenes y se puede adquirir en las librerías a un precio de 32 euros.

La tasa de natalidad, según el estudio, pasó del 17,7% a principios de siglo al 4,6% en el periodo 1995-2000. «La población ha ido creciendo gracias a factores compensatorios, como el descenso de la mortalidad infantil, que a principios del siglo pasado era del 50% y hoy es prácticamente nula; a la esperanza de vida, que va en aumento; y a los movimientos emigratorios de los últimos años», explicó Alcaide. «Si no fuese por el flujo de inmigrantes, nuestro país tendería a desaparecer», afirmó este experto, quien considera que sin ellos «el desarrollo económico de los últimos años no hubiese sido posible».

En 1900 la población extranjera residente en nuestro país representaba un 0,3% del total; en 2005 llegó al 8,4% y al final de este año alcanzará prácticamente el 10%. La inmigración foránea comenzó a aumentar a partir de 1980, se aceleró en la década de 1985-1995 y alcanzó cotas muy elevadas entre 1995 y 2000, periodo en el que se incorporaron 972.151 inmigrantes. Las distintas entradas de inmigrantes elevan a 1,5 millones los extranjeros residentes en el año 2000. Esta cifra se convirtió cinco años después, en 2005, en 3,7 millones de inmigrantes (8,4%).

«El gran reto que tiene nuestro país en los próximos años no está tanto en el número de inmigrantes que puedan cruzar nuestras fronteras como en la integración de los que ya residen con nosotros», dijo Alcaide. «Si los chinos se juntan con los chinos, los rumanos con los rumanos y los marroquíes con los marroquíes, la convivencia se deteriora; tiene que haber una integración real y para ello habrá que poner en marcha políticas que lo hagan posible».

El mito del exilio

Según el informe, los exiliados de la Guerra Civil fueron «bastantes menos de los que han difundido algunas fuentes», dijo Alcaide. «La emigración neta de españoles entre 1935 y 1940 fue de 101.872 personas, un cifra que queda lejos de esos 250.000 que barajan algunos libros». Los años de mayor emigración española se produjeron entre 1955 y 1965, con un total de 964.916 emigrantes.

En cuanto a los movimientos interiores, Alcaide hizo hincapié en la salida de 200.000 personas del País Vasco en los últimos 30 años. Esta masa de población incrementó el número de habitantes de las provincias limítrofes. «No se puede atribuir al terrorismo la única causa de la marcha de esta gente; ha habido muchos jubilados andaluces y extremeños que han regresado a sus lugares de origen, a lo que hay que sumar otros factores sociales y económicos que no tienen nada que ver con un sentimiento de miedo o inseguridad».

El estudio también recoge la evolución del paro. Es especialmente relevante el efecto que produjo la crisis económica subsiguiente al crack de 1929, que produjo 700.000 parados. En 1974 tuvo lugar otro receso a causa de la crisis energética mundial. La corrección iniciada a finales del siglo pasado ha ido evolucionando hasta situarse en 2007 en una tasa de desempleo del 8%. COLPISA

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