Nikolai quería llamar la atención, pensando que así quizá obtendría los 400 euros que necesitaba para volver a Rumanía con su esposa e hija. Al mediodía, y en pleno centro de Castellón, se roció con gasolina y prendió fuego a su ropa. Tras pasar un par de semanas en estado crítico por las quemaduras, murió en un hospital de Valencia. El vídeo colgado en la web donde se muestra cómo ardía ha sido visto por miles de personas. Nikolai ha logrado llamar la atención y que su familia regresara a casa, pero sin él. Si no fuera por el dramatismo y lo insólito de las imágenes, el pequeño rectángulo de la noticia en los periódicos habría pasado prácticamente desapercibido. Al fin y al cabo, cada día son enredados, explotados y marginados cientos de inmigrantes. Vivimos en una época de imágenes y la de Nikolai debería servir también para recordar que los problemas de la inmigración ilegal no son solo polí –
ticos y económicos, sino que tienen un componente humano que los gobiernos y la sociedad civil de los países receptores no podemos ignorar. ¡400 euros no son tanto!
Médico